Destacable local, amplio, sencillo y luminoso.Lo cierto es que me gusto, no me lo esperaba de esta manera.

Cenamos un menu concertado, eramos dos parejas.De beber pedimos agua y una botella de Los Almendros, de una carta de vinos suficiente.

El menu estaba compuesto por un aperitivo de la casa en forma de conserva en lata, eran unos mejillones (diria que escabechados), buenos.

Cremoso de atún con huevas de trucha, un cremoso con la textura de un muss, con logrado sabor.
Huevos rotos hortelanos con jamón de bellota y aceite de trufa, plato secillo y resulton.

Como plato principal fueron unas carrilleras de ternera guisada al vino Tinto con pamentier y crema de setas.Destacable la carrillada ( no es facil encontrar esta carne sin nervios).

El postre fueron tartas de queso con arandanos.(no opino por que a mi no me va este plato, aunque mi vecino se comio el suyo y el mio....)

En definitiva todo correcto, y con un servicio rapido.No pongo precio por que fuimos invitados.

Hacía tiempo que no iba a este restaurante y lo cierto es que me quedé muy sorprendida porque está reformado y, además, con gusto. En cuanto a la cena, optamos por uno de los menús, en concreto, por el "menú de tapas", que estaba formado por cinco tapas y un postre (19 euros), aunque pedimos también un tartar de atún rojo (12,20 euros), porque es un plato que me apasiona y no me defraudó en absoluto. Las tapas del menú eran: ajoarriero, alcahofas con gambas, foie con ciruelas, huevos rotos hortelanos y entrecot. Reconozco que me pareció todo exquisito, aunque especial mención merecen para mí las alcachofas con gambas. En conclusión, puedo decir que se trata de un sitio muy recomendable para cenar con una excelente relación calidad-precio.

El pasado sábado, y por casualidad, ya que estábamos por la zona, acabamos entrando en este restaurante, que a primera vista no nos resultó atractivo, y no por su aspecto, ya que era de lo más elegante, si no porque enseguida deducimos que iba sobrepasar el presupuesto destinado para la cena. Aún así nos atrevimos, por una de sus pizarras donde mencionaba un "menú tapas", y la experiencia fue bastante agradable.
Cuatro amigas, todo centro de mesa. Tomamos una caballa "muy fina" en escabeche, una croqueta para cada una de jamón ibérico (nos comentaron que eran caseras y creemos que por su sabor y su aspecto podría ser así), un revuelto con verdura y jamón ibérico, unos trocitos de atún muy bien decorados y muy sabrosos, y entrecotte con cebollita (creo que confitada, aunque esto no sabría explicarlo) que supieron sacarlo en mi punto...
Para finalizar probamos un postre con nombre curioso (gin-tonic con un sorbete que ahora no recuerdo), muy "refrescante".
La bebida y café están fuera del menú, (nosotras tomamos un blanco verdejo de 14,50 euros). Al final salimos a unos 25 euros por persona.
El servicio fue rápido y correcto.
En definitiva un sitio que resultó muy acogedor y agradable (por lo visto han renovado el interior recientemente e incluso su cocina como nos comentaron).
Seguramente repetiremos en otra ocasión para probar la barra y los pintxos que ofrecen.

De nuevo vuelvo a este restaurante. Lo hago porque me encuentro cómodo y sé que no me llevaré sorpresas. Ni para bien ni para mal.
El local es amplio y las mesas también. Hay dos comedores pequeños para fumadores y uno mayor para no fumadores, separados físicament entre sí.
La carta es la misma que la última vez, clasicismo y platos mediterráneos.
Tamamos, clóchinas (es el momento) patatas rellenas de foie, que era paté, jamón ibérico de bellota y dos tipos de arroz. El de la casa muy bueno y uno de conejo y boletus, regular.
Los postres, fruta del tiempo y tarta de chocolate.
Vino Nodus 2006, tinto de autor. 16 euros. Es vino recomendado. En las mesas está el aceite de la misma bodega previamente preparado.
Salgo, como siempre, medio satisfecho

Local con decoracion clasica, manteleria , vajilla y cuberteria mejorable. Buena separacion de emsas y de espacio entre fumadores y no fumadores.
Cocina de mercado con carta muy clasica , bastante insipida y sin alardes culinarios. Tomamos revuelto de setas y gambas y calamar de playa de primero que , la verdad es que no llamaban la atencion por su sabor.
De segundo chuletas de lechal (muy flojas, duras y sin sabor) y entrecotte aceptable. No opino de los postres porque no hemos tomado.
Servicio de sala amable, agradable y dispuesto. carta de vinos muy desigual sin grandes alardes. Servicio del vino limitado a servir la primera copa.
Por este precio hay muchas opciones en Valencia muy superiores

Local muy espacioso, con separación para fumadores y no fumadores.
Mesas amplias y bien vestidas, con mantelería especial, ya que va decorada con el anagrama del restaurante.
La iluminación es adecuada y suficiente. No puedo opinar de la música porque no la escuché.
Vajillas y copas adecuadas. Nos cambiaron las copas por una mejores sin solicitarlo, en función del vino pedido.
El servicio muy atento y agradable, además de guapas. Él también era atento y agradable, le hicimos venir tres veces antes de hacer la comanda.
La carta de vinos bastante clásica, con representación de vinos de la Comunidad. Bastantes referencias y buen surtido. Los precios, de restaurante, ya está todo dicho. Tomamos un vino que figuraba como recomendación. Nodus, de “Bodegas de Utiel , elaborado con Cabernet Sauvignon, Merlot, Sirah y Bobal. Estaba muy aromático, sobre todo muy frutal al principio, redondo, carnoso y sabroso en boca. Evolucionó muy bien en la copa, mostrando los seis meses de barrica al final, con unos aromas de crianza muy finos y elegantes. Me gustó. (16 euros)
La carta es de orientación mediterránea, pero hoy en día ya se le puede encasillar mas de clásica que de moderna.
Tomamos primero un aperitivo que no habíamos pedido, ensaladilla rusa (4 euros), que tuvieron el feo detalle de cobrarnos.
Encargamos, todo para compartir, un carpaccio de bacalao al eneldo, que estaba regular. Para mí que lo habían marinado demasiado.
Después unos chipirones con su tinta y jamón ibérico. Este plato fue el mejor de todos, estaba exquisito. Tiernos los chipirones, que parecían sepias pequeñísimas, y un picadillo de jamón, que aunque parezca mentira, les acompañaba muy bien.
A continuación tomamos una brocheta de rape y gambas, que también estaba muy buena. Iba cada pieza envuelta en una fina capa de bacon que apenas se notaba. Plato de sabor muy complejo y completo.
Para el último plato pedimos un solomillo al foie con reducción de pedro ximénez. La carne muy buena, en su punto, el foie también. Un plato a la altura de los anteriores.
Finalizamos con dos sorbetes de limón, porque ya no podíamos más.
El café estaba bueno. Esto hoy es difícil de decir, cada día es mas complicado encontrar un buen café.
En conclusión, un sitio al que cada vez que voy, y ya han sido varias, pienso que tengo que volver. Precio para dos personas 97,37.

Lugar agradable espacioso y zona de no fumadores.
Atención correcta
Sobre vinos carta extensa de vinos de toda España y cavas tomamos un coto de imaz
el precio no me acuerdo pero no seria desorbitado si no me acordare

No se que comentarios cuentan aqui pero a mi me parecio un sitio agradable.Sobre el vino menuda cava tienen y una carta intensa de vinos de muchos lugares de españa precio muy bien conparando otos restaurantes .calidad de alimentos muy buena el solomillo trinchado esquisito,esos corazones de acachofas suaves riquiosimos .he estado varias veces con pareja y mi empresa y la verdad satisfechos.un trato escelente y un buen servicio.ultima visita el 16-11-2006. y finalmente hacemos la cena de empresa este sitio osea que confio en calidad y precio

No salí especialmente contento. EL trato es bueno pero la comida no aporta nada nuevo y el entorno no es más adecuado en mi opinión para comidas de empresa que para cenas en pareja. Me pareció algo caro, pues tuvimos cuidado con el vino y aún así salimos a casi 60 euros por persona.

Platos sin florituras y repetitivos los ingredientes.Rcp aceptable.Local espacioso con salones para no fumadores lo cual es de agradecer.