Se pretendía decir hasta luego a un compañero de trabajo que se va a hacer durante unos meses las "Americas". Estos compañeros siempre critican ó hablan con sorna de mis gustos por la gastronomía más sofisticada. Por lo que tomé la decisión de organizar algo castizo, clásico, y decidimos ir a tomar el cocido al Charolés en San Lorenzo de el Escorial.
Habíamos repasado los vídeos de Echanove, de Jose Andrés y de alguna forma te dices a ti mismo..." nada todos esos platos que sacan son para que se vena por la tele...." pero ya os avanzo que no es así, que estamos ante un cocido pantagruelico, desbordante, único,leonino en el sentido de realizar una comida en una semana.
Restaurante con servicio clásico, en su justa medida la cercanía al cliente, y comandado por un jefe de sala-dueño que sienta cátedra, y te hace sentir muy cómodo.
El cocido tiene los siguientes pasos :
1. Guindillas y cebolletas.
2. Patata y chorizo.
3. Sopa con un fideo más bien gordito y algún garbanzo.
4. Garbanzos, zanahoria dulce (recolectada hace menos de 48 horas), repollo, patata y grelos. Estos últimos impresionantes muy tiernos, suaves, cortados en juliana....realmente deliciosos. Los garbanzos recomendaban que les acompañáramos con un muy buen aceite de Baeza. También trajeron una salsa de tomate, le dieron el calificativo "como la de las abuelas" que estaba exquisita y adereza con comino.
5. A continuación te ponen en la mesa todas las bandejas con las "carnes": Codillo, tocinos (ahumado y natural) el natural creo que de Verin (muy rico); tuétano; morcillo; gallina. Una pequeña bacanal culinaria, casi medieval en cantidad, menos mal que el escenario es elegante....
De las carnes intentamos probar un poquito de todo, a destacar el tocino de Verin, el morcillo y el tuétano que te lo sacan del hueso con finura y maestría. El tuétano me trae recuerdos familiares...; me recuerda como mi padre y hermano disfrutaban de este manjar no recomendado para paladares demasiado finos.
Durante la ingesta de las carnes, seguimos acompañándolas de garbanzos que resultaban muy suaves, y que con el aceite ganaban bastante.
EL cocido termina con una ensalada para desengrasar y ayudar a realizar la digestión, ensalada de una especie de brotes, tomate, granada, y aderezada con aceite y pimienta.
Carta de vinos, clásica y de precios elevados, vino de la casa Cune Reserva a 29 €.
Sin postres, es imposible llegar, café con hielo y espiritosos (12 € GT de Marcas Premium).
Una experiencia recomendable, en un buen marco, con un gran servicio, que demuestra que cualquier plato, guiso se puede llevar a su máxima expresión con productos de primera calidad, y buscando al excelencia en cada uno de los platos.
VOlveremos..