A veinte minutos de Valladolid en coche se encuentra el restaurante la botica, en el tranquilo pueblo de Matapozuelos, algún otro mesón hacen pensar que es un pueblo referente de la zona, en lo gastronomico.
El local esta decorado como un mesón, se nota que esta reformado con gusto, dentro del estilo castellano, en una esquina un enorme horno de leña, que en este día dio la casualidad que no se puso en funcionamiento, ya que el interesante menú degustación, Piñas y piñones, mando en las comandas, extraño, siendo un local también de asados, de hecho cuando reserve me preguntaron para pedir lechazo, ya les comente que no, que iba a piñón fijo.
Mesas grandes, buena vajilla y agradable atención, el joven que nos atendió y que llevaba el tema de los vinos muy agradable.
Empezamos con una buena batería de aperitivos:
Crujiente piel de pollo con una rica crema mostaza, palitos a modo de sarmiento, hechos con polvo de setas y acompañados de un pesto con queso churro de la zona, un taquito de maíz relleno de cangrejo de rio.
El siguiente pase de aperitivos, conito de miga de pan de pueblo horneado, relleno de crema de setas y manzana y crujiente de cecina, empiñonado de morcilla, mazapán relleno de morcilla y como final una bola de pate de lechazo churro, cubierta de gelatina de vino, acompañada de crema de ciruelas y hierbas de la zona, el nombre muy acertado de este aperitivo, La ciruela.
Todos los aperitivos a buen nivel, de lo más creativo de la zona, El pate de lechazo muy rico, pero todos ellos muy agradables.
Empezamos con Apio, melón y manzana en tiras y círculos y acompañado de un fresco licuado de apio, manzana y hierbas anisadas y acompañado, todo ello con huevas de trucha, otro plato muy veraniego.
Sopa de piñón blanco, trucha marinada ,hierbas de rio , un ajo blanco de piñones, helado de piñones tostados y crema fermentada de ajo negro, este fue el enunciado que mas me llamo y por eso el que mas me decepciono , la temperatura de la sopa de piñón y de la trucha no eran las apropiadas, templadas y el ajo fermentado no me hizo gracia y eso que me encanta el ajo negro , se lo comente al joven chef y me dijo que no esperaban tantos menús y que le rompió un poco el ritmo de servicio o algo así , este plato fresco hubiese estado muy bien.
Tomates asados y pequeñas mozzarelas de queso castellano ahumado, agua de tomate y albahaca, esferificaciones de queso, fresco y rico sabor.
Cebolla de terreno, trufa blanca de verano y jarabe fermentado de piñas verdes de pino, creo que nos dijeron que estaban asadas las cebollas, pero la textura era mas bien de encurtidas, quizás por el fermentado de piña, me gustaron, pero claro se comieron el poco sabor de la trufa de verano.
Molleja de lechazo en un jugo meloso de piñón blanco y aceite de pino, muy de moda este producto de la casquería, rica elaboración.
Ravioli de conejo silvestre, elaborado en pepitoria de piñón, cubierto de rico jugo de hierbas silvestres y esferificaciones de coliflor, buen plato.
Lomo de ciervo asado con un jugo de carne y setas, crema de membrillo, calabaza y rábano y todo ello con un toque rayado de piña verde de san juan, me gusto y eso que no son carnes que me vayan mucho.
Primer postre cerezas y saúco, refrescante helado de frutos rojos y cerezas maceradas.
Y para acabar piñones y pinares, una mousse de piñón con polvo rallado de perpetua, postre curioso y con riesgo, creo que era el polvo rayado, pero le daba al plato un amargor, no apto para todos los públicos, me gusta la gente que se la juega y este postre es una ruleta rusa.
Para Uxue unas croquetas, correctas y unas albóndigas de carrillera de ibérico muy buenas, tanto que no nos dio tiempo a probarlas, un helado, un total de 6,5+16+5 €.
Para beber una botella de Gargalo blanco del 2012, 15,8€, una copa de Pricum rosado fermentado en barrica, 2,85€, tinto Martin Verastegui 2011, 3,85€, además me obsequiaron con una copa del mismo vino del 2006, otra copa de dorado de Alberto, vino verdejo de solera, que me gusta mucho, obsequio de la casa y me dieron a probar el solera 61, nada que ver muy flojo.
Con los postres me pusieron un Rita Hetvin, rico tinto dulce, petit fours, infusión, 3,75€ de pan para los tres, hacen un total junto a los 56€ del menú de 179€, teniendo en cuenta la velada muy bien.
Lastima la temperatura de algunos platos que empañaron el conjunto del menú, por lo demás bien, no es fácil en tierra de asados que casi todas las mesas opten por este menú de piñas y piñones, por lo tanto creo que hay un buen trabajo por parte del chef y su equipo y también creo que mejorara.
Eso mismo me dijeron en Burgos y mira lo que dije: pincha aquí
Nos vemos en ná... no :-P
Le queda trecho, pero lo conseguirá.
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