Desde mi primera valoración ya ha pasado un tiempo en el que mi esposa y yo nos hemos convertido en unos incondicionales de este maravilloso restaurant. Hemos repetido en innumerables ocasiones y jamás nos ha defraudado, al contrario, se superan día a día.
Hemos degustado muchos platos del menú de la casa (18 € vino a parte)a cual mas delicioso, hemos disfrutado de veladas a la carta y siempre hemos acertado. Incluso hemos podido degustar la siempre apreciada becada, cocinada con verdadera maestría por el extraordinario chef (y dueño del restaurant) Marcel. Y como gran restaurant de montaña que es, también nos ha ofrecido la ocasión de comer una liebre a la royal de factura insuperable.
Ciertamente estamos hablando de un local a recomendar a todo amante de la buena mesa, donde la sencillez no está reñida con el "savoir faire" de Marcel en los fogones y Estel (su esposa) como jefa de sala y estupenda directora de orquesta de todo lo que allí se organiza.
Hemos llevado a muchos de nuestros amigos y todos han quedado maravillados al descubrir un rincón tan adorable con una cocina de altísimo nivel.
Nosotros seguiremos disfrutando y descubriendo nuevas sensaciones de la mano de esta pareja encantadora.
Por cierto, también tienen habitaciones en el marco de un turismo rural elegante y cercano.
Felicidades !!!