Hacia años que no lo visitaba. Me soprendió la nueva decoración que le dan un aire muy elegante y luminoso.
Mesas muy bien vestidas con cuberteria y coperío de nivel. Servicio amable, atento y sin agobiar.
Carta de vinos con muchas referencias de todas las D.O. y alguna francesa y alemana. Menús de mediodia a 28 € y otro a 35 €. Escogimos de la carta.
De entrantes unos buñuelos de bacalao excelsos y un plato que recordaré durante largo tiempo, memorable, unas cigalas rebozadas ligeramente con unos guisantes y colmenillas y jugo de asado. Espectacular...
De plato fuerte tomamos un steak tartar, muy bueno, con un picante alegre y sin pasarse.
Y un nido de almejas y bogavante con arroz, plato potente de sabor y delicado de textura.
Excelente.
Postres a la altura. Escogimos un bombón de chocolate con crema de la pasión y cocacola.
Para beber tomamos el Petit chardonnay de Jean León a 21,20 €.
Lo que dije, una comida de lujo. Las expectativas fueron superadas.
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