Restaurante con varios tipos de cocina: excelente mercado (gambas, "espardenyes"...), tradicional y moderna (grácias al buen hacer de Eduard y Marc Gascons).
Buenos platos, cirstaleria adecuada pero servicio del vino poco profesional (falta sommelier), impresionante bodega climatizada a la vista. Carta de vinos ámplia, equilibrada, muy bien elaborada (con comentarios, varietales...). Te sirven una "ficha" con un a cata algo "dudosilla" pero con buena intención. Precios algo subiditos pero soportables. Excelente pan. Conviene reservar
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