Local moderno y bien decorado con mucho publico joven y entiendo que “pudiente” dados los precios.
El servicio es atento y diligente.
Nos entregaron las cartas y nos ofrecieron un aperitivo optando por cava Gramona que es el que tienen por copas. Como aperitivo un “triste” platito de ensalada de algas
Me sorprendio que en la carta no aparecia ningun menu degustacion y tampoco lo pregunte.
Nos decidimos por compartir:
- Gyozas de cerdo y langostino: una de cada. Bien pero sin entusiasmar
- Tempura de langostinos tigre: presentada en trocitos (que permite comerlo sin problemas con palillos) y acompañada de dos mayonesas:una insulsa y la otra ligeramente picante mas agradecida
Como principales:
- Bacalao que no recuerdo con que iba . Plato con toque peruano con buena calidad y cantidad
- Variado de sashimi de buena calidad: Atun rojo, toro, pez limon y salmon
De postre un helado que no recuerdo. Yo no tome postre porque solo habia helados y no me gustan
La carta de vinos es bastante completa. Pedimos un borgoña Chambolle Musigny Olivier Gard 2007 muy bueno .
En total 140 € quedandome con algo de hambre
Mi opinion es que no es un restaurante para repetir. Como japones me quedo con Kabuki y como peruano con Astrid&Gaston.
Los precios son altos y la variedad de platos me parecio muy escasa especialmente para compartir. El que solo tengan helados de postre me parecio francamente mal.
Ni lo recomendare ni repetire.
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