Animados por el comentario anterior fuimos a este restaurante, que no conocíamos. Efectivamente, está en el mismo local del antiguo El Angel Azul y eso ayuda. Los nuevos dueños no han aportado casi nada a la distribución existente. La propuesta de valor es poder tomar un buffet libre de platos a unos precios muy baratos (¿demasiado?), al estilo del cercano Aoyama. Tienen un buffet para el mediodia y otro para las noches y fines de semana, que fue el que pedimos (14,95€ + IVA).
La carta de vinos muy justita, el gran talón de aquiles de tantos asiáticos. Pedimos un Martin Codax y un Viñas del Vero chardonnay (ambos a 15€), además de cerveza Sapporo (2,95€).
El servicio de sala, vestido con trajes típicos, es muy amable pero el ritmo de servicio de los platos es muy lento, a pesar de que el local tenía mesas vacías. Buena sopa miso (un poco salada), digna barca de sushi, futomaki y platos más flojos (sashimi de pez mantequilla, el maki California mal). Calidad mediocre pero para lo que se paga no se puede pedir peras al olmo. Aunque como local está mejor creo que con la misma propuesta de valor me gusta más el Aoyama. Deberian ofrecer un buffet con menos alternativas y mejor calidad media.