Un paseo desde Luceros nos llevó hasta el One One, cerca de la Plaza La Montañeta. Léelo tal como se escribe porque no es “guan guan”, en inglés… La historia del nombre es tan sorprendente como simple: el bisabuelo del dueño, supongo que en algún puesto de venta, gritaba como reclamo “¡One One, cupone y pantalone!”…
Céntrico y abigarrado
El local está en una calle céntrica pero no de primer orden. En verano monta terraza pero lo interesante (y nuestra mesa) está en el interior. ¡Guau! Éste es de esos locales que tiene alma y personalidad. No hay libre ni un hueco en paredes o estantes: parece que toda la historia del dueño haya quedado congelada en las numerosas fotos, cuadros, esculturas y cachivaches allí expuestos… son retazos de sus viajes por todo el mundo.
La sala es pequeña, nos ubicó en una larga mesa con sillas de distinta procedencia, podríamos decir… vintage.
Y empieza la función
Llega el camarero, dueño, cocinero y relaciones públicas y nos canta... nos canta la carta…hum, bueno, ya nos lo habían advertido. Tampoco es que cambie mucho la letra, según dicen, porque es bastante inmóvil.
Va como loco, atiende pero poco, o de pasada, luego te llega lo pedido… parece que no te escucha pero sí… va de cráneo. Y es que está solo para atender nuestra mesa y unas cinco más dentro y en la terraza, somos unos 60, ¿será que son Hogueras? Pienso que sí, esto no debe ser lo habitual.
A lo que fuimos, lo que comimos y bebimos
Propuesta vinícola escueta
No existe carta de vinos, también te “la canta”. Tiene varias referencias, básicamente de Riojas y Ribera y algunas de las más cercanas Alicante y Valencia. Las copas más que aceptables y el vino se sirve sin ningún tipo de ceremonia, ni protocolo. Pedimos un “clásico” (en nuestra mesa), el Beryna 2010
Cocina de producto e inspiración francesa
Ofrece una cocina basada en la calidad del producto y de clara inspiración francesa, de corte clásico. Nosotros pedimos todo para compartir y quedamos satisfechos.
Aperitivo de bienvenida, consistente en paté de campaña, fuet y encurtidos.
Alcachofas fritas con jamón ibérico y terrina de foie micuit
Brandada de bacalao ligada con yema de huevo en presencia del comensal.
Confit de pato.
Parmentier, intercalando capas de puré de patatas con carrillada de ternera.
Steak Tartar
Magret de pato con patatas a lo pobre
Postres caseros: helado de pistacho, pastelitos de crema y fresas y mousse de chocolate.
Todos los platos estuvieron bien cocinados, a excepción de la brandada que quedo un tanto seca.
Te canta la carta, los vinos y... ¡la cuenta! Pero, advertidos, ya sabíamos que esto suele llevar a un gasto de unos 40€/persona y, así fue.
El show de Bartolomé Ramírez
Y bueno, llegó el final de comida y con él acabó la tensión del propietario… vino a la mesa, para mostrarnos su arrolladora personalidad: simpático, expresivo, jocoso y algo descarado...
To be continued in... our blog Vinowine (with pictures)
http://www.vinowine.es/restaurantes/comida-con-espetaculo.html
Vamos, que el lugar no es apto para todos los públicos, jeje. Mejor visitarlo después de una cata, así va uno más "apropiado" para disfrutar del ambiente ;-)
P.D.: Ese Beryna que no falte nunca....
Para todas las edeades sí, es humor blanco.
Quizá para los que encajan mal las bromas... no tanto.
En todo caso lo del show fué cuando acabó de servir comidas
Saludos Javi
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