Razonable cocina clásica en un restaurante que dice poco.

Habiendo leído buenas críticas nos decidimos a ir al restaurante que ahora ocupa el local del desaparecido Neo.
El jefe de sala hace su trabajo sin más. Resulta algo frio y poco interesado en lo que te puede o no apetecer.
Servicio muy eficaz, quizás demasiado: Siendo dos el viernes por la noche - sin prisa - en una hora nos habían dado de cenar. Eso y un nivel de ruido muy alto, nos dejó exhaustos.
Tartar de atún (normal), Vieras con verduritas crujientes (Muy, muy bueno. Tenía el plato un fondo que parecía de carne, muy intenso y que le iba genial a las vieiras).
Tajada de Rodaballo (pieza poco noble, de la zona cercana a la cabeza) y Taco de Bacalao (algo sabroso, pero dentro de lo correcto).
Una botella de QS2 (27 Euros), vino que no había probado pero del que habiendo leído sobre el hermano mayor me esperaba más. Muy decepcionante.
Con un postre y dos cafés, 117 Euros.
Muy buena RCP dada la calidad de la comida, pero el entorno y el servicio nos dejaron un poco frios. Tardaremos en volver.