No suelo hacer segundas valoraciones de los sitios que visito. Ni para bien ni para mal. Pero no hacerlo en este caso sería un acto de mezquindad; porque este restaurante se ha transformado completamente y para bien, de la mano de su chef Jesús Argüello.
En primer lugar, tras varias visitas he llegado a la conclusión de que desde la segunda planta este restaurante se transforma para bien y desde la mesa redonda de la segunda planta para muy bien.
En segundo lugar porque la carta de vinos del restaurante se ha transformado totalmente, siendo una de las más atractivas por sus propuestas, que no por su número de todo Tenerife.
En tercer lugar, porque culinariamente se ha transformado totalmente cual "ave fénix".
En nuestra última visita, tomamos, fuera de carta, unos puerritos finos con salsa tártara deliciosos y refrescantes, luego un muy buen carpaccio de bacalao sobre una base de tomate y pétalos, riquísimo.
Después un cordero hecho en bolsitas y con sus hierbas tras 12h de cocción lenta, insuperable. También mero, fresco y generoso, con una magnífica guarnición de verduritas de temporada; sin olvidar un magnífico revuelto de boletus con crujientes de jamón serrano.
De postre una tarta de manzana caliente con nata y helado de leche merengada y también sopa de chocolate blanco.
De beber un Louro blanco suculento y un Tridente tinto de Bodegas Tritón, ambos de tierras del regio Reino de León.
Un lujo de restaurante que bien vale una visita.
En plena calle de La Noria se sitúa este lugar de estética vanguardista que torna de restaurante a pub nocturno en la medida en que avanza la noche.
El servicio es atento y correcto.
La carta de vinos es probablemnete la peor de Santa Cruz, repleta de "referencias de supermercado" nada sugerentes y excesivamente plana (el mismo rioja básico con distinta etiqueta) en los tintos, y profusión de vinos semidulces o semisecos, como se quiera ver, entre los blancos.
Sin embargo, entre tanto páramo vinícola, llegamos a encontrar una interesante propuesta de vino tinto de Somontano denominada Absum Varietales, compuesto de 50% Tempranillo, 35% Merlot, 10% Cabernet Sauvignon y 5% Syrah. Untuoso, rico, con cuerpo, excelente color picota y toda una sorpresa a 16 euros la botella.
La carta y las raciones son correctas. No es un templo del buen yantar, pero es un sitio donde se come aceptablemente y que sirve para alternar de vez en cuando.
Tomamos un pulpo sobre puré de papas con aceite de oliva y pimentón, aceptable, un chuletón de buey que dejemos en "chuletita de añojo", un pan con tomate (sin jamón), una carrillera de buey muy correcta, una tarta casera de dulce de leche y toffee muy intersante y un brownie, no tan interesante.