Local grande, espacioso y cool en el barrio del Carmen.
Iluminación tenue que, junto a la música de fondo consigue un ambiente intimista.
¿Pero esto no era una hamburguesería?. Pues sí, se trata al fin y al cabo de una hamburguesería pero con “algo más”. En las instalaciones, en la materia prima, en los vinos, en el servicio…
Pedimos de entrante unas Patatas con huevo poché y aceite de trufa que estaban muy correctas y de segundo, dos hamburguesas que compartimos mi pareja y yo:
• Hamburguesa de Sepia con pan integral negro.
• Hamburguesa Black Angus con pan rustico.
Nos las sirvieron secuenciadas, y partidas por la mitad. Primero el pescadito y luego la carne. Estaban sensacionales, cada una con su estilo, pero en ambos casos, gruesas porciones, jugosas y sabrosas. Nos salió bien la jugada, primero la finura de la sepia y después la potencia de ese excelente vacuno.
Puedes elegir entre 12 tipos de hamburguesas y un sinfín de ingredientes y cuatro panes para configurarte tu propio burguer.
De postre, una Tarta de manzana bastante lograda.
En el apartado vinos, disponen de 8-10 vinos por copas, anunciados en grandes pizarras, y una aceptable carta. Tomamos una botellita de Anselman Riesling 09, servidos en copas Schott.
Buena oferta de cervezas.
Servicio joven y dinámico de impecable presencia.
Para repetir.
Excelente profesional y mejor persona. No he vuelto a La Lluerna desde entonces y si a Mesclat, este último siempre lleno.... una buena señal.
Un saludo.
Me alegro que siempre este lleno. Como tu dices , muy buena señal y mas en los tiempos que corren
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