Tapeo diferente y con gancho

Local de ambiente informal, decoración ibicenca, sencilla pero cálida. Fuimos a cenar un miércoles por la noche. El local estaba bastante lleno. Pedimos un menú degustación para dos personas, que incluye dos copas de vino (generosas) , 8 pinchos (que pueden ser como hicimos nosotros seis y dos de postre) y un plato de carne o pescado para compartir. Los pinchos son raciones individuales, así que en lugar de compartirlos optamos por pedir dos de cada, nos dieron a entender que si no lo hacíamos así y pedíamos seis diferentes el servicio sería más lento (esto me pareció fuera de lugar, entiendo que deben tener capacidad para atender lo que quieras pedir, no condicionarlo para que se ajuste a lo que a ellos les vaya bien). Tomamos torta del casar con huevo y trufa negra (deliciosa), tartar de salmón (correcto, pero nada del otro mundo), langostinos con gazpacho de fresa (buena materia prima y excelente combinación). Para compartir, el milhojas de solomillo (carpaccio) con foie, que nos encantó a los dos. De postre, el helado de alfanjor, a mí me gustó, a mi pareja le pareció pesado y empalagoso. Todo por 38 euros. En resumen: buena relación calidad/precio, servicio, simpático y atento y como punto a mejorar el sistema de pedir en los menús, que por lo leído a otros foreros ya ha causado algún problema. La carta es muy amplia y nos quedaron muchas cosas apetecibles por probar, así que volveremos.

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