Una de la opciones...

Este local esta en unos de los entornos mas bonitos de Bilbao, la alhóndiga, el centro Azkuna en la parte superior y además dispone de una de las pocas terrazas con vista de la ciudad, eso si saliendo del restaurante y subiendo un piso.

En la parte baja el chef Ricardo Perez junto con Borja Etxebarria, tienen otros dos locales, además en el aeropuerto también se encargan de un restaurante, vamos, forman el grupo Yandiola.

En el restaurante de hoy, el que da nombre al grupo y donde empezó todo, se han reinterpretado con un menú de coctelería, que es el que os relato.

El primer pase es en vajilla transparente, con dos recipientes unidos, que se van soltando, dos creaciones.

Gelatina en la base, del suero de tomate, eneldo, queso Idizabal y una espuma de salmorejo y aceituna negra, muy sabroso.
En el recipiente superior, ver foto, una mousse espárrago en toffe, espárrago trigero, nuez de macadamia y avellana, también muy rica.

Con estos pases el coctel era el caballero oscuro, que realmente no recuerdo, lo siento, soy más tragón.

Con los dos siguientes pases el cóctel era de whisky añejo con cerveza tostada y un toque picante del jengibre, Alma de vagabundo, lo llamaron, que marido muy bien con el primer plato.

Alcachofas, humo, crema de patata, jugo de cebolla morada de Zalla y brotes verdes, dado el enunciado, no podía salir mal, rico.

Steak tartar, encurtidos, anchoa, emulsión de yema y soja, aceite y mostaza, quizás el plato que menos nos dijo, creo recordar que la temperatura no estaba muy adecuada, le faltaba frió.

Arroz con bullabesa, crema acida de coliflor, vegetales de costa y por encima caviar deshidratado, este destaco, después del steak, muy bien.

Para el arroz y el siguiente plato nos sacaron un tequila sour, con un poco de puré de sandia, tequila, jengibre.

Raviolis de pichón con salsa de boletus edulis, flor de la acadera, trufa, rico.

Para acabar Martini expreso, no hace falta decir que lleva este cóctel, para acompañar a una arena de cacao con helado de nutela, liofilizados de fresas y garrapiñadas.

Después te sacan a modo de petits , unos tarros con distintas garrapiñadas y chocolates recubiertos , una gozada , muy peligrosa , ya que te dejan los botes .

Una bonita y diferente velada , 55€ el menú bebida incluida y 10€ por gin de Millers , fueron dos , aconsejable probar .

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