Clásico peruano

Buen restaurante de clara vocación peruana (modernizada) y con algunos toques japoneses (nikkei), basada en productos de primera calidad.
Salón en el patio de una mansión, con mesas quizás algo juntas. Entorno casi colonial, muy austero y con paredes de color burdeos. Hay mesas también en un segundo nivel, alrededor del patio.
Servicio atentísimo por parte del camerero, no tanto por parte del maitre y del sumiller (este rozando en lo antipático).
Detalles como mantequilla o una crema de pimientos verde ligeramente ahumada, con variedad de panecillos. Nada en la sobremesa.

Cena para 1 pax:
Trío de ceviches (clásico peruano)que consistió esta vez de:
Taquito de corvina con leche de tigre: Magnífico contraste del pescado con el líquido resultante de la preparación del ceviche (básicamente limón o lima) al que se le añade un poco de pisco (orujo peruano) y ají (pimiento ligeramente picante)
Camarón (langostino) y loco (como una lapa de buen tamaño) con ají amarillo: De nuevo sobresaliente. El ají amarillo es una constante en muchos platos peruanos. Picante sin molestar.
Ostión (como un santiaguiño), erizo y macha (como una coquina de tamaño gigante) con rocoto (otro liquido resultante de un pimiento rojo bastante picante). Bien pero el picante empieza a hacer estragos.

Turbot (rodaballo) confitado en aceite de oliva, parihuela de conchitas, ulte (algas muy carnosas), choricitos y un arroz muy cremoso de arvejas (guisantes). La ración de pescado escasa y próxima a la cola. El arroz riquísimo pese a su sencillez.

Fina tarta de manzana horneada con helado de ají, naranja confitada y salsa caliente de naranja al cointreau. Se pide con la comanda. Demasiado entera y anodina la manzana. No me gustó.

Vino: Magnífica carta de vinos chilenos clasificados por viñas. Siempre más de 20 por viña. Precios un pelín alto comparado con otros locales. Pedí Amayna Chardonnay 2008 (magnífico vino) servido bien de temperatura y en copas aceptables. El sumiller no me asesoró en ningún momento (ni siquiera saludó). Se limitó a descorchar la botella. Atentos a rellenar.

Precio total: aprox 60€ (digo aprox. por el cambio aproximado de pesos chilenos a euros; incluye todo + 1 Pisco Sour riquísimo).

Nota: En Madrid tiene "sucursal"

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    lsierrar

    Tras un año, acabo de releer mi propio comentario y he encontrado una errata: Donde dije que un ostión en Chile es un santiaguiño, quise decir zamburiña, que no tienen nada que ver.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar