Yo he estado en dos ocasiones. La primera, fue días antes de cerrar por vacaciones. Había carta, pero no tenían de muchas cosas, así que nos sirvieron lo que para mí eran los restos de temporada. Comida aceptable sin más para un restaurante que presume de ser de lo mejorcito de la Ribera.
Segunda visita: un día entre semana a cenar con mi mujer. Llegamos, llamamos al timbre y nos atiende una chica ataviada con delantal muy sucio que estaba limpiando el local. Ante nuestra sorpresa (pensábamos que estaba cerrado), nos invita a pasar y nos dice que en un momento nos atienden. La barra completamente vacía y el local desangelado. Nos metieron en una salita y empezaron nuestras inquietudes.
Allí no aparecía nadie, así que salgo a buscar a la chica de la limpieza y me dice que ya está llegando el dueño, que viene desde su casa y nos ofrece una cerveza y unos cacahuetes (con cáscara). Los cacahuetes pasados, con esas telarañas que se les queda dentro cuando tienen mucho tiempo, pues así.Creo recordar que estuvimos alrededor de media hora hasta que llegó el dueño, pero a nosotros se nos habían ido las ganas y el humor para cenar en este sitio, así que dos oportunidades sí, pero tres me parece que son demasiadas. Le pagamos la cerveza y los cacahuetes, se disculpó, acepté las disculpas y nos marchamos.
Voy a contar la experiencia de una cena en este Restaurante:para entrar tienes que llamar al timbre para que vengan a abrirte, cuando entras te dás cuenta el porqué del timbre, ya que es como si entraras en una casa normal, luego nos conduce por un pasillo se detiene frente a una puerta y nos hace pasar a una habitación (es lo único que vimos del "Restaurante" no sabiendo si habían más clientes) con una mesa redonda para 4 personas que bien pueden caber 8 personas, 4 sillas con apoyabrazos de enea, una alacena empotrada y dos perchas, los baldosines eran de cerámica antigua con dibujo. Hecha la descripción de la habitación se presenta el propietario vestido con una camisa blanca y pantalón gris de rayas estilo valenciano, nos dá la bienvenida y nos cuenta lo que tienen para cenar, ya que no tienen carta en papel, te tienes que dejar aconsejar por él en los entrantes, luego pasamos al plato principal, también nos lo dice, luego nos pregunta por lo que vamos a beber, yo ingenuamente le pido la carta de vinos y me pregunta de donde queremos el vino, yo de digo que de Valencia, se pone a pensar y me dice los tienen de Valencia, pedimos sin que en nigún momento tomara nota de lo que habiamos pedido, se marcha y al momento viene con el vino sirviéndolo de una forma rápida y eficiente (sin dárnoslo a provar), dejando la botella en una repisa que tienen para ello, nos dice que la habitación dispone de un timbre para llamarlo por si necesitamos alguna cosa. Terminada la cena nos vamos con la sensación de que hemos ido a cenar a la casa de un señor de la huerta de la Ribera Alta, un señor que estuvo a la altura de la cena, es decir, SINGULAR .
Cena:entrantes, Tartaleta de esparragos trigueros con huevo escalfado. Muy buena (6€ unidad).
Sepionet con cazuelita de barro. Buena (solo a mí me pareció un poco saladita) (10€).
Plato principal: no arriesgamos y pedimos 4 solomillos, 2 al foie y 2 a la naranja, (el mio que lo pedí poco hecho, estaba poco hecho y se comía casi sin masticar). Muy Buenos (22€).
Postres caseros:Isla flotante, base de natillas, merengue y por arriba azucar quemado (caramelo). Muy Bueno (4'80€).
Flan de queso con chocolate y menta. Muy Bueno (4'90€).
El pan lo hacen ellos 2'50€ por comensal.
Vino: Vera de Estenas Reserva (15€).
Las ocho (15€).