De estrella!!

Hace muchos, muchos años mis padres me llevaban a comer o cenar por ahí. Hacían especial hincapié en que probará diferentes comidas. Recuerdo un establecimiento en aquellos años, en Torrelavega. Era de los pocos en Cantabria junto a Serval y Cenador de Amos que tenía estrella Michelin. ¿En los fogones? Un tal Javier Ruiz, del pueblo vamos. Me encantaba ir a comer hasta allí, alejado pero cercano. Aquel sitio eran los Avellanos.

Hoy por hoy, tengo la suerte de tenerle a escaso kilometro de la puerta de casa y reconozco que lo visito menos de lo que debería, pero no me da tiempo a ir a todos los sitios que queremos!

Teniamos ganas, muchisimas ganas de volver. Mila, un servidor y un tercer comensal, dispuestos a darnos un homenaje terrible. La mesa más para dos comensales que para tres, pero no importa venimos a disfrutar, reirnos y ponernos morados (vaya si lo hicimos).

Las gemelas de sala nos indican lo que hay, Javi sale a comentar algo que ya no recuerdo pues hace tres semanas de esta crónica. Lo sé, tengo esta faceta de escribir muy abandonada. Debo ser más constante.

Los menú otro dia y para comer daremos cuenta de ellos, esta noche teniamos más o menos claro lo que ibamos a comer!

De entrada Javier nos propone un gambón laminado... ostia que bien empezaba esto!!

Como entradas de compartir...

- Lecheritas teriyaki. Te pasas!!

- Multiesferas lacticas con un montón de cosas. Con Idiazabal si mal no recuerdo. Estaban exquisitas, como para dejar todo atrás y pedir una tartera!

- Papada. Espectacular se le queda corto...

De segundos nos decantamos por:

- Mila, chicharro negro. La presentación barbara. La crema que acompañaba al chicharro parecía el chicharro en sí!

- Alvaro; Lomo de Wagyu. Decia estar muy bueno.

- Por mi parte, carrilleras. De la ostia!!!

Ahora viene la sorpresa de la noche. Tenemos hambre, no como para comernos una vaca pero si para volver a probar un trocito de papada... Se lo comentamos a una de las chicas, Javier sale. Pregunta como lo queremos. La respuesta, "sacanos todo lo que te quede sin nada, queremos disfrutar" Nos pusimos ciegos a comer papada, como para no comerla más en una larga temporada. Os lo garantizo.

Después de esto, el postre.

- Cremoso de Idiazabal. Super refrescante en la boca, muy rico.

- Bizcocho de avellanas. Álvaro no dejo ni los restos en el plato, deduzco que muy bueno.

Para terminar, unas copas, cafés muy buenos, buen pan, excelente trato que te hace sentir como en casa... Bebimos Gramona y un albariño, no recuerdo el nombre.

Este verano le van a caer unas cuantas visitas...

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