Fuimos a mediados de Julio, entre semana.
El comedor medio vacio, con gente exclusivamente a comer el menú del día. Aun así nos tuvieron casi 10 minutos esperando la carta.
La primera fué grave: el Remelluri que pedimos lo sacaron "chambré", es decir: a 24 ºC.
La siguiente fué a peor (o quizás fué para compensar): unas croquetas de aperitivo congeladas (literalmente: todavía duras por dentro). Por cierto, el pan como de menú del día.
De comida un Foie Gras casero, bastante aceptable. Luego un "bacalao con crema de hongos", que era de esos descongelados o inyectados, y con una crema insípida. Superdeficiente.
En cambio unas manitas con caracoles que estaban sabrosas, aunque los trozos de cascarilla de caracol que te encontrabas por doquier molestaban bastante...
El remate fué el postre, bastante caro: "trufas caseras", que traducido a este restaurante fueron unas cucharillas llenas con una especie de nocilla con trocitos de almendra por encima. Patético.
Total, que salimos muy descontentos.
Hemos ido a cenar al Pablo Urzay con una oferta de colectivia, su menú degustación que habitualmente tiene un precio de 39 más iva, a 25 euros.
El local correcto, tres mesas ocupadas, el camarero correcto también, sin un ápice de simpatía.
El menú:
Tarrina de foie, muy rica, con compota de manzana.
Ensalada de codillo tostado, también rica.
Bacalao a la plancha con crema de hongos, pues el bacalo estaba en su punto, los hongos estupendos, pero mira a mi que esa mezcla no ha terminado de convencerme.
Láminas de entrecot con salsa de queso de carranza. Lo siento mucho pero dejaba mucho que desear, muy dura la carne, muy poco jugosa.
De postre sopa de coco con helado de piña, postre muy freco, eso sí pero no me ha dicho nada en absoluto.
Un café y yo como siempre un Px para rematar, que así al menos me voy con muy buen sabor de boca.
Para beber un riesling Waltraud Torres 2009, me ha convencido mucho más la nariz que la boca, sigo insistiendo que por menos dinero hay ruedas mucho más agradecidos.
Cuando yo no dejo propina..................
para nada estoy deacuerdo, es un sitio ideal de lo mejor de Getxo, la comida rica rica,es agradable y nada desorbitado.Probas platos de setas o los famosos caracoles.
Servicio muy lento
Raciones muy escasas
El pan con cuentagotas y hay que insistir para que te saquen más.
Uno de los platos elegidos lo sacaron prácticamente cuando los demás estábamos acabando
¡¡DETALLE !!! después de pagar una "curiosa" cuenta, pedimos una botella de agua normal y nos la cobraron.
La verdad es que es un sitio donde se puede comer muy correctamente siempre que se vaya a carta o al menú especial (18€, aprox.). En el caso del menú degustación, el minimalismo y racanería de las raciones hace que uno salga con la sensación de que hay ciertas personas que confunden Nueva Cocina con atraco a mano armada. Y para el colmo, el vino era "Ramirez de la Piscina", que no es santo de mi devoción (esto ya es una opinión personal). Lo dicho: a evitar el menú degustación si no se quiere pasar hambre.
Comedor pequeño pero agradable, carta breve , comida de autor sin perder la cabeza. Las setas salteadas con huevo escalfado deliciosas....
Carta de vinos muy breve , mayoría de Rioja clásico y alguna referencia (no demasiado afortunada)a otras DOs.Servicio y copas correcto. Precios de los vinos razonables.
Precio aprox. sin vino : 30 euros