Coincido plenamente con los comentarios anteriores.Sería injusto dejar de reconocer que quien está tras los fogones de éste restaurante apunta buenas maneras; pero a veces, querer entrar en el Olimpo antes de tiempo, conduce al desastre. Autodefinirse como restaurante temático basado en el aceite de oliva con cocina de autor, resulta de entrada pretencioso. Sobre todo porque el aceite de oliva no focaliza ningún plato, ni se degusta con variedad ni con detenimiento por ninguna parte...y todo se queda en una simple etiqueta. En cuanto a si es o nó cocina de autor, mejor que lo diga el comensal. Querer "epatar", plato tras plato, con sabores más que contundentes, que se anulan entre sí, y combinaciones barrocas de ingredientes no lleva a ningún sitio, sino a anular cualquier destello de brillantez, que también la hay, seamos sinceros.El paladar del cliente merece tregua, y lo que al incio se promete interesante, al final llega a cansar. Se echa en falta mayor sosiego en el planteamiento de los platos, no es necesario demostrar uno tras otro que el cocinero es el alumno mas aventajado de la clase. Por eso, cuando la cocina de éste establecimiento comience a serenarse un poco empezará a tener personalidad propia, y dejará de ser un compendio de fuegos artificiales. Entonces, muy probablemente, comenzará a fluir el talento, que seguro que no falta.

Para empezar el recibimiento fue malo o nefacto, un chaval peliblaco nos insinuo que estaban cerrandod la cocina cosa de las tres y cuarto de la tarde, quizas lleve razon pero no exitia horario ninguno en la puerta el servicio lento, todos sabemos que cuanto hay mucha gente esto ocurre pero con sinpatia se pasa mejor pero cuando uno piensa que esto ocurre por desidia se molesta come rapido y se va.. No voy a juzgar los platos pero si el servicio que fue nefasto y me hizo sentir incomodo no volvere a ir mas lo siento... Otra cosa es la comida que aunque buena escasa y de calidd no se que decir volvere para poner otra opinion mas favoravle ya que estan en todas la guias..

Se autodenomina: “restaurante temático sobre el aceite de oliva con cocina de autor” Yo no me atrevería a decir que es cocina de autor y menos aún a que sea un restaurante temático sobre el aceite de oliva.
El restaurante es una casa antigua en el centro histórico de Ubeda, en la planta baja tiene un pequeño bar con algunas mesas, y en la planta alta, tras subir por unas empinadas escaleras se accede al salón principal del restaurante y algunos comedores privados más pequeños. La estética del restaurante es moderna y agradable, la separación de mesas correcta al igual que la vajilla y cubertería. Ahora bien, ¿como es normal que en un restaurante temático sobre el aceite no oliva no se tenga el más mínimo detalle con aceite?, incomprensible (ni siquiera la manida botellita de aceite para mojar pan con el aperitivo). En lo que respecta a la comida, la carta es amplia, no pudimos tomar el menú degustacion por que no se sirve fines de semana, sic. De los primeros, normalitos, solo comentar que en la ensalada de bovagante la salsa de mahonesa es demasiado compacta y amazacota el conjunto. Los segundos, lo mejor, correctos simples y buenos. Los postres, tradicionales, resueltos con una estética moderna pero, sin pena ni gloria. La carta de vinos escasita y a precios correctos. La atención al vino es nula, te lo dan a probar te los dejan en mesa y se olvidan. Primero, segundo y postre 55 euros. En fin ya el título me parecio pretencioso y por lo vivido en el restaurante, éste es algo más presuntuoso que su nivel.