Siguiente parada en Cantabria en este bonito restaurante a pie de carretera, en Ruente. Puede parecer a simple vista un bar de carretera, pero en su interior comedor decorado con mimo, en madera blanca y tonos claros, con una iluminación cálida y mesas bien vestidas con mantelerías de hilo, buen menaje y cristalería. Carta de vinos correcta con predominio de Riojas y Riberas, precios no demasiado inflados.
Como el día andaba lluvioso y con una temperatura de unos 15° invitaba a pegarse un homenaje de gastronomía de la zona y así lo hicimos:
Para empezar un cocido montañés excelente, alubias tiernas y sabrosas y muy buen compangonde chorizo, morcilla de dos clases, tocino y costilla. Ha sido nuestra primera experiencia con el cocido cántabro y ha sido todo un éxito.
De segundo, chuletón de vaca tudanca a compartir, 1200gr. de una riquísima carne, servida sobre una base caliente para acabar de darle el toque y acompañada de unas ricas patatas fritas caseras y pimientos, que casi puede con nosotros.
No ha habido sitio para postres. Un café con hielo y dos chupitos de orujo invitación de la casa.
Para beber, Muga 2013, que suele acompañar bien este tipo de festivales.
El precio final 78€ para dos personas. Sitio para volver.
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