Perfecto!!

Nos lo recomendó un compañero de trabajo, y tras ojear la web decidimos reservar. Ya nos sorprendió gratamente el ambiente del restaurante, muy íntimo y acogedor, y nos sorprendió que el nivel de ruido era muy razonable, teniendo en cuenta que estaban todas las mesas ocupadas.
Pedimos vino en copa, de la pizarra de sugerencias, ya que tienen bastante variedad.
Empezamos con un Riesling, muy correcto mientras abrimos boca con uno de sus pizzitas, ya que teníamos muchas hambre. El menú tiene una amplia selección de tapas, ensaladas, woks.. y los postres parecían deliciosos!! La verdad es que estábamos un poco abrumados…y justo entonces la camarera nos sugirió el menú degustación, una selección del chef, diseñada específicamente para impresionar… y no se equivocó! Mi marido, que es un poco particular para estas cosas disfrutó muchísimo. Cada plato era una delicia para el paladar, tan diferentes con una explosión de sabores y texturas. El servicio fue muy atento, y era todo un espectáculo ver al chef en acción ( tiene la cocina abierta) No planeamos beber mucho, pero acabamos tomando 2 copas más nos recomendaron u Ribera del Duero de Emilio Moro, que maridaba a la perfección… y para acabar con el asado de tira tomamos una copa de Dehesa de la Granja. Cuando ya pensábamos que ya habíamos terminado, Nos sorprendió una vez más con el postre! Un tiramisú de frutas del bosque, sencillo pero exquisito!
En definitiva, una gran experiencia, el menú degustación es sin duda una excelente relación calidad precio, selección de vinos tanto en copa como en botella muy variada, un espacio acogedor y libre de humos.
Ahora ya sabemos porque Appetite está tan bien recomendado, y era muy evidente que el resto de comensales estaban disfrutando de la cena. Decididamente lo recomendamos a todos, y ya estamos deseando volver.