Sencillo pero más que aceptable asturiano en la zona Retiro de Madrid. Estuvimos una noche con demasiado bullicio por haber varias cenas de grupo por lo de las Navidades.
Salón amplio y muy luminoso con las mesas pelín juntas. Servicio atento y eficiente.
Carta orientada a la cocina asturiana, sin complicaciones. Se incluyen aparte de las fabes elaboradas de diversas maneras, algún arroz.
Cena para 3 personas:
Detalle de la casa: Un paté (fuertecito)
Entrantes a compartir:
Unos cojonudos envueltos por lonchas de salmón ahumado: Bien, sin más.
Una ración de navajas de tamaño mediano pero bien hechas.
Una ración de matrimonios (mitad anchoas, mitad boquerones en vinagre). Solo cumple.
Segundos:
1 ración de trocitos de pixin fritos: Aceptable
1 pixin de barriga negra al horno a compartir entre dos: Bastante bueno y bien el punto del pescado.
Postres:
Frixuelos rellenos de compota de manzana: Agradable, suave.
Tarta de queso con frambuesas
Sorbete de limón al cava
Vino: Carta sin complicaciones dimensionada para cumplir. Precios casi x2.5. Pedimos Pago de los Capellanes Cr. 2006 (25€ + IVA) servido a temperatura correcta y copas aceptables. No están atentos a rellenar.
Precio total: 178.96€ (inc. IVA, pan y servicio 1.25€ por persona, un refresco y agua de 1l a 3.50€)
Nota: No confundir con la sidrería de nombre Carlos Tartiere que hay en el 35 de la misma calle. Son de la misma propiedad pero en plan taberna.