Atraído por la selección de vinos vascos de su Web, decidimos reservar aprovechando el menú de Sant Jordi. Fuimos a cenar anoche y estuvo todo muy correcto. El servicio del vino, la atención del maître y su conocimiento sobre los vinos. La comida, como siempre en Sagardi, con calidad y preparación adecuadas. Muy recomendable este lugar.

La comida excelente, muy bien cocinada y con una excelente presentacion.
Eramos clientes habituales tanto de la zona del bar de tapas, como del restaurante, y siempre saliamos con una sonrisa por el trato del personal, con educacion, y mucha profesionalidad. Hemos vuelto esta semana y nos llevamos una gran decepcion. Han cambiado todo el personal por uno muy joven, sin experiencia y que no esta a la altura del precio y de la calidad de la comida. No es logico que a las 20,30 hrs, con clientes en el bar, el maitre y la chica de la barra estuvieran bailando a ritmo de la musica ambiental, que tengamos que esperar mas de 10 minutos a que nos asignen mesa, etc.
Un fracaso de servicio y es una lastima.....

Al recomendarnos alguien a quien queremos mucho y es una eminencia en Barcelona que fuéramos a Sagardi a comer buena carne, me puse algo inquieto, ya que es un local franquiciado que ya conozco de otras ciudades. Pero mi sorpresa fue grata y ví mi error enseguida. Aparte de la zona de tapas, este local tiene un comedor muy amplio. 3 personas, entrantes de morcilla, tortilla con ajetes y chistorra, y luego una pieza de 1,200kg. aprox. para los 3. De vinos un vascofrancés, que no recuerdo el nombre (correcto y poco más) y un segundo más tánico y potente que le iba estupendo al chuletón. La carta no es para tirar cohetes, con algunos vinos bastante bien de precio, y otros muy subidos. La ví muy irregular.

Con café y postres, a unos 55 euros persona. Calidad muy alta en los platos, copas Spiegelau Authentis y servicio muy atento. Separación amplia entre mesas. Salimos muy satisfechos.

Como "pero" decir que permiten fumar (soy fumador), pero había una persona fumando un puro cerca nuestro, y encendieron el aire acondicionado, que justo nos caía encina nuestro y orientaba el humo del cigarro hacia nosotros, lo que hizo que los ojos se resintieran... Debería haber extractores. Se equivocaron al poner el aire. Eso fue lo malo porque no nos permitió acabar la velada con un 10.