Fecha remarcada en ese calendario pegado con imanes en la puerta de la nevera que, en nuestro caso, sirve de planilla organizativa familiar. Era el día de l'Espai Verema.
Tras disfrutar de alguna cosita buena, aprovechando la tolerable afluencia matutina al acontecimiento, se nos ocurrió dar un paseo hasta el Aduana del que algo había leído.
Ambiente funcional de bar que ha ido creciendo con los años y evolucionando hacia restaurante y donde te puedes hacer tanto un aperitivo consistente como una comida ya sea en plan informal o en toda regla. Pulcritud y tablas en el servicio que nos aconsejó acerca de la comanda. Nos decidimos por compartir todo al centro:
Tellinas. Conocidas en otras zonas como coquinas. Perfecta ejecución, con buena molla y sin rastro alguno de arena que invitaba a no parar de comer. Son como pipas. Pasatiempo.
Sepia. Escogimos la opción bruta (sucia) con toda su tinta. Fina textura teniendo la suerte de que iba con sus huevas que nos separaron al trincharla y que suponen una delicia de bocado. Cautivado.
Bravas al Estilo Juana. Muy ricas, con ese punto de cocción interno que no sé cómo se logra, protegido por una crujiente cobertura, destacando el punto del alioli y el fondo pimentonero. Singularidad.
Crujiente de Rabo de Toro. Cuatro canutillos rellenos de pasta del potente guiso acertadamente especiada. Además, se acompañaba de un pequeño cuenco con una salsa de miel y mostaza. Completo.
Alcachofas Rebozadas con Huevo y Jamón. Aviados íbamos con todo lo anterior cuando salió este último plato. Combinación ganadora de ingredientes aunque, en mi opinión, el conjunto hubiera quedado más redondo con la hortaliza sin rebozar ya que descargaría ese punto de pesadez que dejaba entrever. Fatiga.
Unos panecillos de mediano tamaño bien tiernos y crujientes fueron perfectos compañeros de algunos de los platos que requerían su presencia.
Para beber, un par de aguas y otro de cervezas de barril... que para vinos ya teníamos dos pabellones llenos para disfrutar después.
Unos cafés con hielo cerraron la comida.
En resumen, grata experiencia la vivida en este local que maneja con experiencia un buen producto de predominio marino dentro de un perfil clásico. Ahora que empieza el buen tiempo alguna visita más caerá.
Crujiente de Rabo de Toro
Bravas al estilo Juana
Tellinas
Un antiguo bar muy de aperitivos de mañanas de fin de semana en las mesas de la terracita. No sabía que evolucionó a restaurante.
Buen aviso.
Un día que surja no descarto ir a probar algún arrocito.
A mandar ;-)
Un saludo!
No me suena de nada el local. Parece por vuestros comentarios que se trata de un lugar interesante. Habrá que acercarse un día de estos...
Abrazotes!!!
Claro que sí Javi!
Haced una incursión en plan informal para ver que sensaciones os transmite y si os convence... pues a por algo más serio.
Un abrazo!
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