Bonito local y original y divertida cocina

Tengo que decir que reservamos para cenar con mas miedo que otra cosa porque las criticas aquí no son nada buenas. Por el contrario en otra conocida pagina de criticas que no suelo hacer mucho caso , lo ponían mas que bien. Como nos quedaba resultaba muy comodo el emplazamiento desde el lugar donde estábamos decidimos arriesgarnos…. Y que bien porque “quien no arriesga no gana”.
El local esta en un edificio antiguo con un acceso de algún escalon y es un comedor pequeño con unas 7 mesas. Se ocuparon 5, 3 de ellas con grupos de 4 personas. La decoración muy agradable en blanco y verde con frases en las paredes muy originales. Nada mas llegar el jefe de cocina salio a saludar y a explicar algún plato fuera de carta y alguno que no tenían y comentó que estaban con menos personal por un imprevisto. El servicio de sala se reducia a una camarera muy amable y simpática. En ningún momento notamos la carencia de personal.
La carta de vinos es media pero con referencias muy interesantes. La única critica es que faltaban algunos vinos y del que pedimos solo tenían una botella, cosa que no nos dijeron hasta que casi al final de la cena pedimos otra.. (por cierto que se lo agradecemos porque habriamos salido a gatas del restaurante…). El vino fue un Pardevalles Albarin a un precio imbatible de 12 euros. Tremendo vino blanco que en mi opinión no tiene nada que envidiar ni a un buen godello ni albariño. En cuanto a la cena compartimos los siguientes platos:
- A dar la lata: original y abundante plato compuesto por 4 latas de conserva que vienen cerradas y que consisten en :
o Mejillones al vapor con merengue de su jugo y lima. Buenos
o Huevos de codorniz a baja temperatura y pisto ligero. Muy bueno
o Pulpo a feira: bien sin mas
o Tallarines de sepia en salsa verde. Buenisimo. Plato original
- Menuda oreja tengo: Plato compuesto por sándwiches de pan ingles que nos comentaron que hacían ellos con oreja a la plancha y una salsa picantita. Estaban buenísimos. La racion ya venia emplatada individualmente y llevaba cada plato 4 mini sándwiches. Abundantisimo
- Chipirones a la plancha con romescu de kikos y chips de tinta. Buenos. LO mejor los chips de tinta.
No tomamos nada mas ya que nos quedamos muy bien.
Al finalizar Javi Rodriguez, el jefe de cocina estuvo hablando un rato con nosotros. Nos comento que empezó en Coque y que en Madrid había pasado por la Terraza del Casino. No hablamos mucho mas porque se veía que iban rápido.
Nos gusto muchísimo y nos hemos quedado con ganas de volver. La cuenta muy ajustada: 66 euros

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