Una mala experiencia

Al entrar nos ofrecieron mesa para dos en el interior del restaurante, pero preferimos quedarnos en la zona de la barra.

Para comer media ración de pulpo y media ración de tarrina de foie.
Para beber pedí dos vinos blancos. El camarero me ofreció verdejo o albariño (sin enseñarme la carta), y preferí albariño. Abrió la botella y sirvió dos vinos, rellenando las copas a cada dos sorbos que tomábamos.

Mala sensación. Nos dimos cuenta de que nos quería cobrar la botella entera. Malestar. Descontento. Cenas pensando ¿será capaz?. Yo nunca pedí una botella, pedí dos vinos.

Dicho y hecho. En la cuenta aparece el precio de la botella. 16.50
Pues ale, mal rollo. Le digo al camarero que yo no había pedido una botella, sino que pedí dos vinos. Me cambiaron la cuenta, y me cobraron 4 vinos: ¡¡a 3,50 cada uno!!

Si no quieres pagar la botella por las buenas, la acabas pagando por las malas. No vuelvo para que no me vuelvan a engañar.

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