Restaurante El Puerto - Zabala en Getxo
Restaurante El Puerto - Zabala
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
64,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Fietas del puerto (mediados de agosto) y última semana del año
Nota de cata PRECIO MEDIO:
71 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.3
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Rey a la plancha
Almejas en salsa
Percebes
Opiniones de El Puerto - Zabala
OPINIONES
3

Es esta una de las pocas ocasiones en las que el comentario anterior me ahorra un trabajo.
Más que correctamente definido el entorno exterior y el interior por Juanjo con el que me "une" desde hace tiempo una "pequeña discusión" sobre la definición de entorno en verema. De ahí la diferencia entre su valoración y la mía. Yo se que Juanjo valora el exterior y en este caso es de ensueño. El local está bien, pero el espacio entre mesas está "demasiado" bien aprovechado. De ahí la diferencia entre su valoración y la mía. Bien vestidas las mesas, copas de vino muy justitas. El servicio correcto por parte del único camarero que no entra a trapo alguno. Pero que no deja espacios entre platos.
En todo lo demás estoy totalmente de acuerdo con él por lo que no me enrollo más.
Efectivamente te cantan lo que tienen, sin cartas ni de comidas ni de vinos, como ya conozco más o menos lo que voy a pagar y se que no voy a asustarme, no pregunto siquiera.
Elijo como él unas cojo-nudas almejas en la misma salsa, que está para untar pan y no acabar pero teniendo una cuchara, tampoco es mala la solución. Muy ricas, de estupendo tamaño y además de calidad.
Ofrecen una ensalada de tomate, lechuga y cebolla y aunque no me fío demasiado de los tomates de ahora, al preguntar me dicen que están bien ricos así que a por ella. Y efectivamente, muy rica ensalada, con el toque de vinagre que a mi me encanta pero que no para todo el mundo es del mismo agrado. A mi así me gusta.
De pescados hay varias opciones pero hace tiempo que no como un rodaballo así que habrá que quitar el antojo.
Rodaballo, presentado entero, sin historias, con unas patatas que están de impresionar. El pez, más o menos de kilo, está bien trabajado pero uno no es precisamente el campeón del mundo abriéndolo, así que una "pequeña chapuza" ya preparo. :-)
Muy rico, de muy buena calidad y sabroso, jugoso. Al final no quedan demasiados restos y la piel está así mismo bien rica.
Aunque al parecer Juanjo tuvo suerte con el pan, hoy no era precisamente algo a destacar, una txapata un tanto seca, nada de pan casero, que no invitaba en exceso a pasar el rato untando.
Ofrecen los postres y como he escuchado tarta de castañas, pues a por ella. Muy fina, casera, buena ración.
Para beber, le he preguntado si tienen algún albariño y al final han sacado un Torre la Moreira 2013.
Tremenda nariz a fruta, pera descarada. En boca muy fresco, ligero, no muy marcada la acidez. Se bebe casi demasiado fácil. Imagino que como dicen los que saben, le faltará botella. Pero se deja beber, eso sí y con gusto.
Un cafecito rico y a otra cosa mariposa. Como dice Juanjo, un local donde trabajan con muy buen producto y sabiendo a lo que vienes no te llevarás sorpresas.
Como nota al margen, hoy he tenido el placer de probar unas de las mejores croquetas que he comido jamás. En un local justo bajo las escaleras del pueblo pesquero, concretamente el Itxas Bide. Unas croquetas de queso Idiazábal, con alguna pasa dulce en su interior y un rebozado de pan auténtico que la verdad es que estaban impresionantes. Si pasáis por allí, no os las perdáis, por favor.

Recomendación de una muy buena amiga que lo conocía por haber estado en varias ocasiones.
Pequeño restaurante situado en una de las callejuelas del Puerto Viejo de Algorta (Getxo), precioso barrio pesquero que surgió allá por el siglo XVIII y que ha llegado a nuestros días resistiendo los azotes de mil y una tempestades. Ahí continúa siglos después, aferrándose al pasado, intentando no perder su identidad ganada con esfuerzo de generaciones enteras dedicadas al mar, superando día a día la presión urbanística que lo arrincona contra el acantilado.

Merece la pena dejar el vehículo en el parking situado en la parte inferior del pueblo, junto al pequeño puerto que todavía da refugio a unas pocas “txalupas” (pequeñas barcas de pesca) y subir andando por las empinadas escaleras que se van adentrando en un pueblecito de casas desordenadas, de arquitectura típica marinera, con balconadas y ventanucas que se asoman curiosas como queriendo ver quién pasea por el lugar. A cada paso que uno da surgen un sinfín de callejuelas que invitan al caminante adentrarse por ellas y descubrir cada uno de sus rincones.
Cuando ya la cuesta arriba comienza a hacer mella en la respiración, en uno de los callejones situados en la parte superior del pueblo, se divisa el cartel de hierro que nos indica que hemos llegado a buen puerto.

Local de reducidas dimensiones, estrecha entrada que desemboca en una barra de bar que expone una muestra representativa de lo que allí se ofrece (quisquillón, percebes, anchoas…todo muy fresco). El comedor se sitúa a la izquierda, tan sólo espacio para 8-10 mesas, nada más. Decoración tradicional con toques marineros. Vigas de madera en el techo y también a modo de pilares que sustentan la estructura. Se reparten por las paredes cuadros con paisajes de la zona, redes de pesca, anclas, remos y un timón de madera entre otros motivos marineros.

Habíamos reservado por teléfono y al entrar nos comentan que elijamos la mesa que queramos. Elegimos una para 4 comensales, que para 2 que somos resulta amplia. Vestida con mantel de tela blanco y bajo mantel de tela a cuadros blancos y azules. Vajilla normal, cubiertos normales y copas para el vino aceptables.

Se acerca el camarero y nos canta todo lo que han podido robar ese día al mar, todo fresco (ya nos habían advertido que “cantaban” la carta, pero a nosotros no nos importa). De entrantes quisquillón, langostinos, almejas en salsa, percebes, anchoas. De segundo nos ofrece pescado fresco salvaje: Rey, Rodaballo, Merluza, Mojarra y alguno más que no recuerdo.

Nos decantamos por lo siguiente, dos comensales, todo para compartir:

1-PERCEBES COCIDOS: una hermosa ración, calientes en su justo punto, tamaño no muy grande pero tampoco pequeño. En boca muy sabrosos, punto de sal estupendo. Nos gustaron mucho. Comentándolo con el camarero nos dijo que eran cogidos en el entorno por una persona de confianza, reconoció que no eran muy grandes pero es lo que había dado ese día el mar. (26,40 € Iva incluido). Ver foto.

2-ALMEJAS EN SALSA: presentadas en cazuela de barro, buen tamaño. Muy jugosas, se notaba que era buen producto. La salsa…¡ay la salsa! Era una especie de salsa verde con tomate frito que la confería y color rojizo. Sabrosa, rica de verdad. Comencé a untar pan y viendo que se me terminaba antes que la salsa, opté por coger directamente la cuchara y terminármela. Cuando llegó el camarero preguntó si no nos habían echado salsa al ver la cazuela impoluta, yo solo pude mirarlo con cara de niño travieso. (22 € Iva incluido). Ver foto.

3-REY: hermosa pieza para dos, aprox. 1,2 kg. Hecho a la plancha y servido con refrito de aceite y ajos y como guarnición patata cocida. Realmente rico, carne muy fresca. El único pero fue que las zonas finas (bordes) estaban pasados de plancha y eso hizo que perdieran mucha jugosidad en el contorno. Eso sí, el centro de la pieza, zona mucho más gruesa que los bordes, estaba muy jugoso, en su punto. (73,7 € Iva incluido) Ver foto.

4-De postre, también nos los cantaron: tartas caseras varias, cuajada, queso...nos habían recomendado tarta de plátano y chocolate. Elegimos esta última y compartimos una ración. Muy rica la mezcla chocolate-plátano.

Dimos por terminado el banquete con una infusión y un café sólo. Ricos ambos. (3,20 en total Iva incluido).

Para acompañar la comida pan casero servido en cesta de mimbre, nos gustó mucho.

En cuanto al vino, en la vitrina que tenemos frente a nosotros, vemos una colección de botellas, todas ellas tinto: Viña Alberdi, Bai Gorri, Marqués de Vitoria, Campillo, Viña Ardanza… pero preferimos blanco, nos decantamos por una botella de Albariño Bouza Do Rei, 2012. Buena temperatura inicial y refrigerado durante la comida en cubitera de gel. (19,80 € Iva incluido)
Nunca antes lo había probado y me sorprendió gratamente. Estupendo color dorado, sabor afrutado, nos gustó mucho. Las copas que estaban en mesa eran demasiado gruesas y solicitamos cambio y nos trajeron otras más adecuadas sin ninguna objeción.
También bebimos una botella de agua.

Servicio de mesa atendido por un único camarero; atiende correctamente y sin florituras las 3 mesas del comedor que están ocupadas; en total 7 comensales. No faltó de nada, y el propio camarero era el que manejaba con éxito los tiempos entre plato y plato, guiando a la cocina para que los alimentos llegaran en su justo momento a la mesa, evitando así largos tiempos de espera.

Pagamos la cuenta que asciende a 157,08 € (Iva incluido).

Restaurante de corte marinero, trabaja con materia prima de calidad en elaboraciones tradicionales. Puede resultar una buena alternativa a los “grandes” restaurantes de pescado, dado el valor añadido que le aporta el lugar donde se encuentra ubicado.
Volveré otro día a probar lo que consigan robar al mar.

  • Rey a la plancha

    Rey a la plancha

  • Almejas en salsa

    Almejas en salsa

  • Percebes

    Percebes

En un entorno de sabor marinero se encuentra este pequeño restaurante en el que no deberemos buscar otra cosa que pescado y marisco. El menú lo canta el camarero;esto da una idea de que lo suyo es trabajar el producto fresco con mayúsculas. Nosotros fuimos 6 comensales y aquello fue una auténtica orgía naútica. Comienza el festival con unas almejas marinera de insuperable frescura y sabor que ya anunciaban lo que estaba por venir. A partir de aquí un bogavante a la plancha seguido de unas hermosísimas cigalas también pasadas por el hierro. Ambos crustáceos maravillosos. Siendo 6 nos decantamos por tres piezas para poder catar un poco de todo. A saber Lubina, Rodaballo y besugo; tremendos. Creo que lo sublime se rozó con el rodaballo tanto por textura como por cocción y sabor. El mejor que he catado en años. Despedimos el festival con una degustación de tartas caseras. Para trasegar Albariño Bouza do Rei los de blanco y Campillo reserva los de tinto. Ambos excelentes servidos en una buena cristalería y a temperatura adecuada.Lugar muy recomendable. Me invitaron pero creo que con ese género habrá que surtir bien labilletera antes de ir. Neptuno seguro que también lo conoce.

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