Ese steak ...

Sin cambios en el aspecto físico del local salvo una mejora sustancial en la ocupación de mesas (¿las fechas prenavideñas?). Nos ubicamos en una muy deseable mesa redonda para cinco comensales y colocada en el comedor al otro lado de la entrada de la cocina, pegada a la cristalera de la calle (tapada con cortina); el mejor punto y la mejor mesa.

La cocina ha cambiado un poco en sus opciones poniendo más esfuerzo en los entrantes con mejores presentaciones y algunas novedades. Está claro que el motivo principal de acudir a este restaurante se centra en su plato estrella: el steak y su elaboración en la sala; por ello es importante dotar de unas buenas entradas (individuales o compartidas) para dar paso a la estrella presente, en mayor o menor proporción, en casi todas las mesas. Hay también un menú degustación, amplio, que incluye steak a modo de entrante, por 35€ sin incluir bebidas; no entra en la pelea de un menú del día.

La carta de vinos ha cambiado en algunos vinos. El querido Rolland Galarreta ha desaparecido (más por problemas externos que por demanda) y aceptamos la recomendación de un tinto de Toro asesorado por el propio Michel Rolland: Campo Alegre 2013 que aguantó toda la comida con un servicio continuado de relleno de copas sin apretar. En la previa, una manzanilla La Gitana bien servida en mesa. También hizo falta aguas grandes: Bezoya sin gas y un par de Vichy con gas y la coca cola habitual.

Elegimos la comanda, acertando el fallo de carta no avisado, el calamar de playa, mientras aparcan (¡qué difícil es aparcar en la zona!) los últimos en llegar porque la hora de cierre de cocina se acerca peligrosamente; los primeros que aparcamos, fuimos dando cuenta de unas aceitunas y unos palitos chips más un cestillo de buen pan con un aceite agradable OleAurum; pronto hizo falta añadir una ración de jamón ibérico Lazo.

Una vez completada la mesa, tomamos:

. otro plato de jamón ibérico Lazo (21€): cortado a máquina, buen sabor, buena ración, más una pequeña presencia de lomo (típico del local).

. sardina ahumada, con burrata y falso pesto de tomate picante (4,50€): a modo de tapa individual para comer en un par de bocados. Buen conjunto de elementos y calidad de producto.

. matrimonio de manitas y cigala (5€): un mar y montaña individual de llamativa presencia, correcto de sabor.

. pareja de hecho: pulpo y papada (4,50€): de nuevo un mar y montaña individual con buen punto de fuego de ambos productos.

. steak tartar (21,50€) x 2: preparado junto a la mesa, dado a probar previamente, lo que nos permitió potenciar un poco más de sal y especias. Sigue muy bien, aunque el color demasiado rosado es su único defecto (solo en lo visual).

Otros principales que se tomaron en la mesa con buena aceptación: corvina y paletilla de cordero (17-18€) x 2 servida deshuesada.

Postres compartidos en la mesa: tarta de pera y chocolate caliente (7€): a modo de tarta de manzana sobre un buen hojaldre, sustituyendo una fruta por otra; el chocolate viene aparte para añadir al gusto. Otra especialidad que motiva la visita, es tomar un clásico desaparecido de los postres: el crêppe souzette que, aunque se preparó algo alejado de la mesa ¿?, estuvo en esta ocasión mejor en cuanto a un menor punto de dulzor y concentración.

Unos buenos cafés finales sin extras añadidos (con lo poco que cuesta, dadas las fechas, unos cortes de turrón), una sobremesa corta por el inicio tardío del ágape puso punto final.

 

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Joan Thomas

    Uno de tus clásicos. Me encanta el steak tartar cuando está bien preparado,y delante tuyo, como fue el caso. Lastima ese curioso color... . Vamos una buena comida. Seguro que vuelves
    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Sin duda es la especialidad que sostiene la empresa.
    Saludos

  3. #3

    Tonete

    Buenas. Buen sitio. El steak para mi gusto está demasiado triturada la carne.

  4. #4

    Abreunvinito

    en respuesta a Tonete
    Ver mensaje de Tonete

    Desde luego está más hacia el exceso que hacia la falta. Quizás ese punto es mejor aceptado por la gente en general. Son más los adeptos al steak que al carpaccio y más frecuente encontrar en carta el steak que el carpaccio de ternera.
    Saludos

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