Honesto y mejorando

Hace unos 7 meses que habíamos estado, y nos gusto, pues a pesar de los golpes de la crisis, a nosotros personalmente nos ha vuelto a encantar.
El local es bonito y acogedor, barra abajo y pequeño comedor en la parte de arriba, suele aparcarse bastante bien por la zona y también hay varios parking públicos, su pequeña carta abarca un buen numero de especialidades bien resueltas, una primera parte para compartir y otra a la que llaman tapas, pero que son platos completos y generosos, a nosotros nos dio la opción de elegir medias raciones y probar mas cosas, memorable la coca de pollo, una delgada masa crujiente con berenjenas, calabacines, pimientos, tomates y cebolletas asadas y sobre ella laminas de pollo al .... (no recuerdo), distintos tipos de pan que sirven durante la comida, pequeñas raciones de postre, refrescante la piña a la brasa con leche de coco.
Pero donde destaca es en el apartado de los vinos, en esta ocasión éramos una pareja y uno no bebía vino, abrió una botella de champagne para una sola copa y al preguntar la señorita de la sala me comento que solo tenia riveras, riojas y un fontal por copas, pero en ese momento se acerco ¿..... (no recuerdo su nombre).....? y abrió una botella de caliza de marques de griñon, sirviendo una copa y dejando la botella en la mesa para su posterior servicio.
Un servicio bueno y atento, platos de gran calidad y a disfrutar plenamente del vino, tiene una amplia colección de ginebras que en esta ocasión no tomamos.
Un lugar agradable y para volver sin duda.
Por poner un pero, un poco largo la espera hasta los cafes.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar