Como las fábulas, tiene una moraleja: no volver más a este sitio

Queríamos elegir un lugar “algo especial” para celebrar una onomástica, y no pudimos hacer peor elección. Para ser sinceros, a un gourmet medianamente exigente, es difícil recomendarle algún local en Granada con buenas materias primas, buena cocina, buena bodega y buenos profesionales.
Aparte de otras fuentes, eché mano de la Guía Repsol 2010, algo que suelo hacer cuando quiero elegir algo recomendado, y vi que aparecía este restaurante recogido con nada menos que un SOL. Eso me decidió. Lo reservé con anticipación de una semana.
El chasco fue tremendo. Ni el servicio, ni el menú, ni la profesionalidad (no vi complicidad entre el chef y el servicio), estuvieron a la altura de la factura. Algo más de 500 € para 6 comensales. 5 tomamos el menú-degustación de ese día y 1 optó por comer a la carta.
El menú-degustación es más largo de escribir que de comer. Lo peor no fue eso, es que además entre minucia y minucia tardaban más de 20 minutos. Después de más de 3 horas en la mesa, seguíamos hambrientos pero con ganas de irnos y no volver más. Yo que he probado excelentes menús de degustación en otros lugares de la geografía, esta vez, quedé momentáneamente vacunada para este tipo de menú.
Para abreviar, el menú comenzaba con unas tapitas, diminutas, como ej. un mejilloncito escabechado, en el centro de un plato 50 veces más grande, una jarrita de salmorejo que se tomaba en dos cucharillas, etc. Nada especial.
Ya en el menú venía:
- “Pato confitado con frutas secas” Había que adivinar que fuera pato. Nada delicado de sabor.
- “Fideos tostados con vieiras y calabacín”. Una soperita liliput, muy mona eso sí, con fideos de toda la vida y una vieira que la puedes tomar mejor en cualquier otro sitio especializado en pescados.
- “Pez Limón sobre tirabeques”. Cuando llegó este plato ya cundía el desánimo. Un lomito de pescado en el centro del plato, que no llegó a contentarnos.
- “Jarrete de ternera blanca con patata mortero”. Trajeron a la mesa, un jarrete entero ya cocinado para que lo viéramos, se lo llevaron para partirlo y tardaron en servirlo más de 15 minutos, en porciones rídiculas. La tónica entre plato y plato durante la comida era ésta.
Lo de la “selección de quesos” (que incluía el menú), una ridiculez en tamaño y calidad, que no se compadece con el precio del menú ("lo mejor" la explicación que nos dio de cómo comerlos), en cualquier sitio los hay mejores. El postre iba precedido por un inmenso plato con una bolita de melón insípida en el centro. Si no se ve no se cree. Después de engullir esta bolita, tardaron otro tanto, en traer el postre: unos raviolis rellenos, acompañados de una salsa con sabor amargo, a la altura de nuestra decepción. Hay que añadir, para ser justos, que el menú a la carta fué menos decepcionante. Claro que un plato de jamón ibérico, tiene "poca cocina", si acaso el corte, que no estaba mal; de segundo, una lubina con citronela y pulpa de limón.
No soy de comer mucho, por eso me inclino por los menús-degustación, cuando el lugar lo merece o viene avalado por comentarios elogiosos. En este caso, me he sentido tan decepcionada que no se me ocurriría recomendarlo a nadie. Y no es sólo mi opinión, es la de los cinco comensales que me acompañaban, con los que mi fama de anfitriona, ha perdido más enteros que la bolsa. Fuimos los primeros en llegar y sólo se ocuparon dos mesas más. No sé si el hecho de coincidir con la celebración en la terraza de un cóctel a un grupo, pudiera justificar alguna de las críticas. En cualquier caso, obviando la tardanza, los platos que probamos no son para ser reconocidos con un Sol en la Guía. Tendría que tener el cliente derecho a indemnización, porque te han fastidiado una celebración que sólo podía hacerse ese día. Tras pagar la abultada factura, salimos con la sensación de que algunos menu-degustación son un auténtico fraude. Siento tener esta opinión tan negativa.

  1. #1

    Jeronimo

    Una pena, sobretodo comparándolo con el envidiable tapeo que tenéis en Granada.

  2. #2

    Craticuli

    Personalmente no es que sea muy de guias, suelo consultar verema y debo de confesar que tambien me dejo influir, voluntaria o involuntariamente, por las decisiones de Michelin, cosa que creo que le pasa a la mayoría de aficionados a la gastronomía, todos la criticamos pero estamos al tanto de quien toca con sus famosas estrellas. La que no sigo, por que no me genera ninguna confianza es la Repsol. Bueno, cada uno tiene su criterio personal y yo aqui dejo el mío.
    Saludos y una pena lo que comentas, te deseo mejor suerte la proxima vez.

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