Un poco escondido se encuentra el restaurante, bonito, sencillo, atención amable, cuando nos sentamos, ya teniamos las cartas del menú en la mesa, preguntamos si hacian carta y la chica muy correcta nos dijo que les faltaba muchas cosas de la carta, pero al final de lo que si que tenian en la carta elegimos, ensalada de bombones de queso (bien, aunque le faltaba un poco de "trempera" (que decimos en cataluña), canelon de carne y pera (no encontre la pera), mar y montaña (magret de pato con gambas, buenisimo), de postre la merienda de cuando eramos niños, se trataba de un flan de iogur con galletas y fruta, normalito. Una cosa que encuentro a faltar en muchos restaurantes, son los petis fours, en este tampoco tenian, quizas porque cuando tomo el café me gusta tener algo dulce (una chocolatina o una galleta...) pero en definitiva bien, sin vino.
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