Grandísima Decepción

Cuarta o quinta visita a este restaurante clásico de Bibao, aunque hacía mas de tres años que no lo visitaba. Es un restaurante tradicional, bonito y curioso, que, a pesar de estar junto a una zona conflictiva de Bilbao, era visitado muy frecuentemente por artistas, escritores y en general amigos del buen comer.
Al entrar, restaurante cerrado que abren al llamar(por lo de la zona conflictiva), ya me sorprende que tan sólo haya una pareja un sábado en un local donde era difícil conseguir mesa. El servicio, correcto, lo lleva exclusivamente un chico colombiano que me informa que a los fogones está su mujer hondureña (?). Comento que no sabía que el local había sido traspasado y me informan que no lo ha sido. (Estamos hablando de un sitio de "toda la vida" de Bilbao).
Carta de vinos con cinco referencias de blanco, crianzas y reservas. Ningún reserva(Pomal, Barón de Oña, etc, de 12 euros en tienda) por debajo de 33 euros. Me inclino por Viña Alberdi (23 €), que tienen apilado tras la barra.
Comida: pisto con langostinos (20 €) correcto, langostinos flambeados (23 €) buenos, steak tartare recomendado y que lo preparaban en la mesa, lo traen hecho de cocina (23 €) correcto y merluza con setas y gambas (28 €) insípida. Dos cortados imbebibles y dos gin tonics muy bien preparados.
Factura a mano sin Cif y con número 1 (en febrero?) de 120 euros + iva (8,4). Le indico que eso no es una factura y me añade el Nif a mano en un lateral. En resumen, local en plena decadencia, no recomendable para los de fuera de Bilbao y avisados los locales.