Hemos repetido experiencia, y de nuevo acabamos muy satisfechos. A destacar el servicio, muy atento y agradable en todo momento.
Tomamos los huevos rotos con foie, bien, las estupendas croquetas de espinacas y unas sabrosas colas de langostinos. De segundos dos confits de Pato y un excelente solomillo de buey, muy bien. (En una visita anterior pude probar una estupenda merluza sobre patata panadera). Compartimos la torrija de sobao pasiego de postre, que rica.
Buenos vinos cántabros, tanto el Ribera de Asón (80% Alvariño y 20% Chardonnay creo), como el Sierra Cantabria Cuve Especial, ambos con una buena RCP. En esta ocasión no pudimos disfrutar de la sobremesa con un buen GT poque teníamos prisa, la próxima vez será.