Celebración tradicional que venimos haciendo un grupo de amigos desde tiempos inmmemoriables por motivos navideños y que desde hace unos años hemos celebrado aquí.

Nada más entrar notamos como la amplia zona de bar se ha reducido drásticamente con la colocación de un biombo de madera para habilitar zona de mesas.Al preguntar por esta circunstancia nos explican que aproximadamente la mitad de lo que era el local lo han cerrado(posible reducción de alquiler)como consecuencia del descenso del número de clientes.

La decoración es la de típico asadir de maderas y ladrillo visto, y como suelen ser normal son espacios carentes de calidez y encanto.

A pesar de todo nos ubicaron en una mesa cómoda bien vestida y con una cristalería bastente buena.

Para trece personas la comida consistió en unos entrantes consistentes en:

Dos raciones de morcilla de Burgos.Buenas

Tres ensaladas de pimientos,anchoas y ventresca de bonito.Simplemente bien

Dos raciones de mollejas.Al parecer, muy buenas

Un plato de queso.Normal

Mientras nos tomaban notas pusieron unos aperitivos por parte de la casa que eran chistorras con pimentos de Padrón ,ricos.

Como plato principal,se pidieron a partes iguales cuartos de cordero,y asado de cochinillo excepto para dos personas(entre las que estaba) que compartimos un chuletón terminado de hacer, en los cansinos platos de barro que se enfrían al segundo.La carne de vacuno estaba aceptable,aunque la recuerdo con más sabor otros años en este mismo lugar.
El trozo de cochinillo que probé,sin llegar a estar malo le faltaba tiempo de cocción(sabía a fiambre de cerdo) y por los comentarios del cordero,este fue el peor año con diferencia de cuantas veces hemos comido allí.

Dos platos de tejas,dulces con tres trufas (6 € la unidad), "café para todos" y una copa de aguardiente completaron el ágape.

Para beber se pidió una botella de Rueda (Mantel Blanco) como aperitivo y para el resto de la comida tinto de la casa,un discreto Miralrrío,que es la marca con la que embotella Cune para este restaurante(unas 5 botellas).

El precio fue de 720€.Sigo pensando que incluso en Madrid hay otars opciones mucho mejores;no digamos fuera.Pero es lo que tienen estas fechas...

No creo ni que vuelva,ni que volvamos.

El servicio,en esta ocasión no fue de lo peor.

Fuimos a cenar un grupo de 8 personas al de la calle Conde de Serrallo. Nos pusieron un pequeño reservado aunque estábamos algo apretados, ideal para 6 personas. Acogida fría, servicio poco agradable aunque dispuesto, viendo que lo mayoría hablabamos inglés nos pusieron todas las cartas en español y tuvimos que pedírsela a a posteriori.
Entrantes bastante ricos, buen jamón (aunque algo pasado de precio), muy buenas las anchoas con boquerones y también bien las mollejas de lechal.
En los segundos flojearon un poco, chuletón a la piedra normalito para su precio (60€ la pareja, además la piedra llegaba ya prácticamente fría con lo que tuvieron que cambiarnosla más veces de lo normal, con la molestia que suponía), cordero discreto y la merluza que pedimos tenia buena pinta, aunque la persona que lo tomó no dió muchas muestras de exquisitez.
Muy flojos en postres, todos rondando los 6 euros, incluidos los trozos de fruta. Tomamos flan y natillas con canutillo, ambos ricos sin más. No había más postres caseros ni ninguno que llevara chocolate, lástima.
Nos ofrecerion chupitos antes de traernos la cuenta los cuales, aunque no estoy seguro 100% pues no pagué, nos cobraron.
Todo bañado por Emilio Moro crianza 2005, a un precio razonable, 24 euros la botella.
Otro dato curioso fue una fotógrafa que se acercó para hacernos una foto antes de terminar la cena, ¿empiezan las cenas de Navidad?
Restaurante con materia prima decente sin más, pero que no ofrece nada destacable para lo que cobran, en mi opinión un sitio orientado a hacer caja con trato impersonal hacia el cliente. No pongo precio porque me invitaron.

Lo mejor, la calidad de las materias primas. Impecable la ensalada de morrones con ventresca y anchoas, igual que los muy recomendables asados (cordero y cochinillo).
El servicio muy mejorable... Con sólo dos mesas ocupadas en una terraza enorme, lo que justifica aún menos algunos fallos serios de servicio. Después de no conseguir los dos primeros vinos pedidos, terminaron trayendo un tercero... equivocado, y con precio excesivo (un Gran Colegiata de 1998 por 29,95 €) frente a lo que se había pedido
La factura, muy elevada para el conjunto.

Típico asador madrileño, en la linea de Txistu o Donostiarra. Han reformado el local, y la barra de entrada, la han convertido en más mesas y más amplias. En cuanto a la comida, cabe destacar el lechazo, al más puro estilo castellano. La carta de vinos es correcta con unas 40-50 referencias y precios tienda por 1.8, con buenas copas y mismo trato al vino. El personal muy agradable y atento en el servicio. Excelente el pan horneado por ellos, y primeros de estilo clásico, huevos estrellados, embutidos ibéricos, etc... 50-60 pp. Es tiro fijo es esa zona.