Restaurante La Goleta en Salou
Restaurante La Goleta
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
48,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
51 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
6.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.5
RCP CALIDAD-PRECIO
4.3
Opiniones de La Goleta
OPINIONES
4

Retornado, cual peregrino confeso, a ese lugar de niñez y juventud que es para muchos Aragoneses mi querido Salou -qué tiempos!!!-, me acerco al restaurante la Goleta, del cual había oído, y no sólo en estas páginas, algún que otro comentario elogioso. De hecho aparece aparece recomendado -y el propio restaurante así lo atestigua- por una alguna famosa guía.

Entorno: En lo referente al restaurante, el mismo se ubica en el precioso escenario que da vida a una de las más míticas playas de salou -qué noches!!!-: la playa de los capellans, situada a un extremo de Salou y a la que se accede, para ahorrar tiempo, por una pasarela paralela al mar situada al final de la no menos famosa -ayer por su encanto, hoy por la cantidad de guiris que la pueblan- zona de los acantilados.

La entrada es bonita, con una buen rampa para minusválidos. Pasada la puerta principal se accede a lo que es el restaurante. Amplio, agradable. Un tanto "veraniego" o "de playa", por la razón que luego comentaré.

El restaurante se "hunde", a mitad de altura, en el suelo, de manera tal que las vistas, las maravillosas vistas de capellans, quedan a la altura de los ojos gracias a unas amplísimas cristaleras. Una auténtica preciosidad cuando atardece, la cual se ve únicamente vulnerada (a veces) por esa teutona con sobrepeso enseñando bañador (o peor) o ese inglés/holandés garroso y/o fondón con el consabido color de las más preciadas gambas rojas.

En cuanto al ambiente interno, buenas mesas, manteles de hilo y sillas algunas bien (madera, confortable), otras mal, siendo éstas más propias de un buen chiringito de playa. De ahí lo que antes comentaba de restaurante playero, aspecto éste que debería mejorar para alcanzar un mayor encanto. 40/50 mesas, limpio, buena separación entre mesas. No se aprecia excesivo ruido cuando está lleno.

Servicio en general y del vino: a mi me pareció muy bueno. Rápido, eficaz, agradable. Tuvinos, además, suerte. Un camarero que atendia varias mesas y que nunca dejó que la copa estuviera vacía. Creí que era alemán y se lo dije. Era Polaco -de inmediato le pedí disculpas por la confusión-. Ni una queja, al contrario, todavía más servicial y agradable. Un auténtico profesional. Bueno también el maitre: recomendando producto del día y sugerencias de la carta de vinos.

Cubertería y vajilla aceptable. Buenas copas y carta de vinos.. multitud de referencias, incluidos alguno de los más grandes nacionales (Vega-Sicilia). Precios razonables e, incluso en algunos casos, muy ajustados (ygay 42 euros, terrases 30 euros). Me decanté por uno que no conocía: brugueres (20 euros), garnacha blanca, con cuerpo, poderoso.. habrá que volver sobre él.

Comida: Orientada, lógicamente, a lo marinero. Arroces y fideuás. Muy buena variedad de productos del mar -pescados y mariscos-. Algunas carnes. Pescados del día con especialidades de la zona. Nos decantamos por unos sepionet (18 euros) mientras esparábamos una magnífica lubina salvaje a la sal (42 euros/2 pax). Preparación sencilla y sin complicaciones. Con buen producto sobran, en muchas ocasiones, las sutilezas innecesarias.

Los sepionet bien elaborados pero en una ración, a mi juicio, escasa. La lubina sí respondió a las expectativas. Acompañada de una buena guarnición de patatas asadas y un AOVE de reminiscencia prioratinas. Todo bueno, en una cocina sin complicaciones. Presentación, eso sí, muy simple. Por cierto, una única variedad de pan (chapatinas).

Poco más que contar: todo por 95 euros. Sin postre -pues la Ibense, esa magna heladería- reclamaba mi presencia inmediata-.

Ah sí, lo último, el único pequeño fallo del servicio, pues, al acabar la cena, una camarera nos dijo -literalmente- ¿os hace un chupito, o qué?.. Pero siempre perdonaré a quien, no habiendo nacido en Polonia, ha tenido la suerte de nacer en Aragón.. y más cuando me quita años.

Restaurante ubicado a pie de playa, buenas vistas al mar si te ubican en la zona de terraza, decoración correcta sin más y servicio correcto.
La comida es de elaboración tradicional sin grandes concesiones, aunque la materia prima es de calidad. Buenas cigalas (aunque con exceso de cocción), bien las gambas a la plancha con ajo, regular los caracoles de mar y los chopitos (frescos pero con deficiente fritura). Regular una ensalada de gambas y aguacate y buenos los pescados, en especial un rape con salsa de setas, aunque los segundos mejorarían con mejor presentación y alguna guarnición. Servicio de vino correcto. Unos 50 ó 55 euros por persona. Lo mejor, su localización y la frescura de pescados y mariscos.

Buen restaurante, aunque después de lo que me habian dicho, me llevé una desilusión. Compartimos un primero que eran unos pulpitos, y de segudo cada uno un pescado. Comida classica sin demasiado esmero. Producto en teoria bueno, aunque me pareció demasiado caro por lo que comimos. Una variedad de pan. Servicio correcto y el maitre, una persona muy afable. Cocina sencilla , y me llevé la impresión que el cocinero, o tenia un mal dia, o està aburrido de la cocina, ya que la decoración de los platos dejaba mucho que desear. Es más, en un pescado no pusieron nada!!!! Otra cosa importate, es que si pagas 55 euros, al menos las sillas tendrian que ser de madera y no de plastico.

Emplazamiento muy bonito, sobre la cala dels Capellans. Comedor interior y otro acristalado, amplio y cómodo. Carta larga, especializada en pescado y producto de calidad de temporada: el jamón estaba bueno, así como los chipirones y los pescados a la plancha (mero, rape, pez de San Pedro y lubina). Buena variedad de panes. Servicio muy profesional y correcto, menaje acorde con la calidad de la cocina. No vi la carta de vinos, pero disponen de armario-bodega y las copas fueron acertadas. Precio en consonancia con esta zona de costa, alto pero sin pasarse (55€ por persona). En resumen, cocina clásica en un marco también clásico. El unico pero que le pongo es que es un estilo un poco rutinario.

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