Sorpresa

Como he comentado en anteriores reseñas Cal Sagristà es una apuesta segura. Después de unos meses sin acudir, aprovechando las fiestas de Pascua lo hemos visitado de nuevo. Nuestra sorpresa ha sido que el restaurante ha cambiado de propietarios y no encontramos a Sió y Marisa.
En esta ocasión nos inclinamos por el pastel de porros y los huevos revueltos con ajos tiernos y gambas. Los segundos, rape con verduras, filete con salsa cabrales, magret de pato y cochinillo al horno. Todo como es habitual porque el cocinero es el mismo. 

De postres, un variado del excelente carro de postres que, según nos comentaron, ha cambiado de pastelero y faltaban algunos clásicos.

De bebida, un tinto de Peralada muy rico, Malaveina.

Tuvimos ocasión de hablar con los nuevos propietarios, pareja, él al menos con experiencia sirviendo en Compartir y Norai ambos en Cadaqués. No es lo mismo, evidentemente, trabajar de camarero que llevar el negocio como propietario.

Le deseamos muchos ánimos y suerte y que mantengan el nivel de servicio, de regularidad de la propuesta gastronómica y de calidad y distinción que nos ofrecieron sus anteriores responsables. Le propuse ampliar la carta a platos de temporada y a nivel de vinos ampliar opciones más allá de Celler Peralada. 

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