Un buen rincón en el centro de Málaga

Local bien decorado con motivos vínicos. Tiene tanto mesas altas como bajas para comidas más tranquilas. Comemos en altas donde el servicio parece igual que en las otras, cierto es que no había mucha gente. Buen trato por parte del personal, intentando aconsejar y amable sin llegar al peloteo. Comimos una ensalada caprese, bastante buena, correcta y sin florituras y un revuelto de setas, reducción de PX, maiz tostado (kikos) y varias cosas más con muy buena presentación y una textura bastante agradable y conseguida, destacable. No comimos más porque éramos dos y era cena. Para beber copeamos un Aquilice rosado y un Viyuela (con maloláctica en barrica) bien servidos, tanto de temperatura como de copas. Recomendable.