Bonito lugar

Lo cierto es que el local desprende un atractivo muy original, además de amplio, bien ambientado, con mesas cuadras, con mesas redondas, con mesas bien separadas y con una puesta en escena más que correcta y una original cristalera al fondo que permite apreciar el origen del muro de carga del edificio.
Su carta, absolutamente de origen catalán, ofrece todo lo que allí es típico, incluido los calçots, el pan amb tomaca y la butifarra, pero en cambio los caracoles a la llauna, na de na, secos y pequeños, es obvio que los abrasaron en exceso, además de no ser los adecuados, por haber elegido nuestra baqueta fina en lugar de su moro medio, una lástima.
Desde la posición de las mesas, ves la parilla, tiene su cierto atractivo, pero también que solo hay una persona en cocina y una en sala, ergo te preguntas, cuando haya más de 10 personas comiendo, cual será mi turno?
El vino lo conservan en cámara y además tienes la posibilidad de por copas, pero solo se limitan al descorche, claro, son pocos para lo que viene siendo un buen servicio, aunque eso si, al menos son amables.
Los precios no se disparan, pero tampoco están contenidos según la calidad de lo probado, dorada de pisci, alcachofas brasa, pequeñísimo entrecot de buey y muy fibroso (vaca vieja) y pan tostado con media de Ramon Bilbao, 30€ pax
Saludos

  1. #1

    Craticuli

    Mas vale cobrar algo mas y ofertar buena calidad, u ofertar otro producto cobrando lo mismo, pero la materia prima de segunda ya no es de recibo definen que sitios.
    Saludos.

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