Prima la materia prima

Animado por las buenas críticas que lo precedían, tenía una cuenta pendiente desde hace tiempo con este local.
Situado en las cercanías del Museo Guggenheim, es un lugar perfecto para “repostar a tope” si se está dando un paseo por la ciudad, aunque cualquier excusa es buena si lo que se quiere es disfrutar de un materia prima de calidad.
Cuando accedes al local, lo primero que llama la atención es la exposición de verduras frescas, quesos y vinos que tienen en el pasillo de acceso al comedor. Es un muestrario de lo que después va a venir, todo de primera calidad, directo del productor.

Decoración moderna, original, predomina el juego de luces que crea diferentes rincones en un mismo espacio, nos gustó mucho.

Previa reserva telefónica para evitar sorpresas, nos acomodan en una mesa de buen tamaño, mantel gris, buenas copas para el vino y para el agua vasos de cristal fino de colores, en nuestro caso azul y rojo, muy acorde con la decoración del local. La cubertería y la vajilla también de buena factura.
Como detalle, en vez de la típica flor, decora la mesa una plantita pequeña de lechuga en un tiesto de cristal transparente. Fresca a más no poder.

Aparece el maestro de la parrilla, el chef Unai Campo, que amablemente nos aconseja sobre lo que tiene tanto en carta como fuera de ella. Nos decantamos por lo siguiente, todo para compartir. (Dos comensales):

1-“Aperitivo de la casa (invitación)”: Cuenquito de alubias blancas con alcachofa a la parrilla. Exquisitas, mucho sabor, finas finas. Toque de sal espectacular. Vaya comienzo.

2-“Percebes a la brasa”: presentados en sobre una mini-parrilla de carbón vegetal, de espléndido tamaño, cortos, gruesos. En boca sabor a brasa que contrasta con el sabor a sal. El resultado es muy bueno. Para mí muy muy ricos.

3-“Kokotxas de merluza a la parrilla”: 6 enormes kokotxas para cada uno, emplatadas individualmente, acompañadas por una salsa de mejillón curiosamente presentada en un pequeño bote formato dentífrico. Muy original. Las kokotxas carnosas, gelatinosas, se deshacían en la boca. De las mejores que he probado.

4-“Lenguado a la parrilla”: Nos presentan un lenguado grande en una bandeja, acompañado de mucha salsa. Nos lo emplatan individualmente y toca dos lomos cada uno más todo lo que se puede rascar del animal, es decir, dos raciones muy grandes. Además, nos colocan en la mesa un plato con patatas panadera (riquísimas) y otro plato con una ensalada de lechuga con cebolleta que acompañan al pescado. Comemos hasta la saciedad. El lenguado en su punto, muy suave, jugoso cuando lo comías solo y superjugoso cuando se mojaba en su propia salsa. Un pescado para recordar.

Para acompañar la comida te ofrecen tres tipos de pan, de avena, maíz y rústico. Probamos el de maíz y el rústico. Muy ricos ambos, sobre todo cuando se mojaban en el aceite de oliva que te echan en el hueco que tiene el plato del pan.
En esta ocasión no bebí vino, tomamos agua.

Servicio de mesa correcto.

La cuenta ascendió a 157,42 €. Es un precio sin vino pero incluye mucha cantidad de comida. En mi opinión un precio adecuado a la calidad y cantidad de lo que se comió.

Local muy recomendable si se valora la buena materia prima. También tienen muy buenas carnes que probaré la próxima ocasión que vaya.

  1. #1

    JaviValencia

    Menudo marcha restaurantil que llevas, vas a ritmo de Jon Ander (Gastiola), jeje.

    P.D.: Y eso de no beber vino??? ;-)

  2. #2

    Gastiola

    A mi también es un restaurante que me gustó mucho. Y también me queda pendiente pasarme a probar esa carne que tenía una pinta co-jonuda. Un saludo.

  3. #3

    Miguelbc

    Ya es bastante la gente que me lo ha recomendado. Me voy a tener que escapar un dia a probarle!

    Hombre Javi, no todo el mundo es tan goloso jajajaa

  4. #4

    Jotayb

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Hola Javi, lo de beber no vino tiene una fácil explicación.
    Muchos de los restaurantes que comento los visito entre semana, y me tengo de abstener de beber vino ya que inmediatamente después de la comida necesito la mente lúcida para atender mis obligaciones. En alguna ocasión he pedido un par de copas pero me es difícil controlarme, así que prefiero beber directamente agua y así no caigo en la tentación.
    Cuando sí que suelo pedir vino son los fines de semana y es cuando disfruto de lo lindo.
    Un saludo compañero.

  5. #5

    Jotayb

    en respuesta a Miguelbc
    Ver mensaje de Miguelbc

    Creo que no te va a defraudar Miguel. Ya nos contarás si finalmente vas.
    Un saludo.

  6. #6

    JaviValencia

    en respuesta a Jotayb
    Ver mensaje de Jotayb

    Yo no recuerdo la última vez que bebí agua en un restaurante ;-) Di que si, hay que ser una persona responsable.

    Saludos

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