Volví a disfrutar...

con los frutos del mar, realmente en este restaurante son auténticos especialistas en prepararlos, además de manera sencilla, con poco aderezo para poder sacarles todo el sabor, si acaso con un buen chorreón de aceite de oliva arbequina que al pescado le va de maravilla.
Con los aperitivos unas aceitunas rellenas y boquerones muy ricos.
Ibamos un grupo y compartimos unos estupendos entrantes con unos calamanchines que se deshacían en la boca, unas galeras sabrosas y con su punto complicado para quitarles la cáscara, cuando te enseñan bien suponen un bocado estupendo, las gambas rojas de Tarragona no podían faltar por supuesto.
Con el plato principal llegó lo más interesante, ya que disponían de pescados que ni conocía: la lluerna, el corvall, el rascàs,...
yo tomé el pirmero y estaba magnífico, con una sencilla guarnición de pimiento y patata y a la plancha.
De postre un buenpedazode tarta sacher.
Buena oferta de vinos con decantado y copas de calidad.
Variada elección de licores y vinos dulces.
Lo dicho, para los amantes del pescado es un lugar ineludible.
Lástima no mejore el pan.
Con el local lleno, como ocurría el otro día,es en exceso ruidoso, imagino por su forma rectangular, no sé si con algún tipo de aislamiento eso podría mejorar.
Servicio muy profesional y competente.

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