Vaya frío

Fin de semana de turismo de ciudad por Girona. Cena de sábado noche a la carta. Primero para compartir: Carpaccio de gambas (bueno), dos segundos: Bacallà a la llauna (correcto) i un arròs amb colomí (muy bueno, lo mejor con diferencia). El postre va a ser que no lo recuerdo.
El local es pequeño y se nota que se ha cuidado el aspecto. Pero adolece de varios problemas. Las mesas son pequeñitas y demasiado juntas. Nos pusieron la cubitera encima de la mesa y se nos comía casi todo el espacio, aparte que nos enteramos de la conversación de nuestros vecinos sin demasiados problemas.
Y luego hubo otro problema importante: temperatura exterior unos 0ºC, entraron unas 7-8 veces a lo largo de la cena personas a preguntar si había mesa. Cada vez que entraba alguien la puerta corredera se abría de par en par de manera que el aire gélido de la noche invade el local. Cuando entraba alguien todos los comensales miraban a la puerta como suplicando su cierre inmediato, había gente cenando con chaqueta. Es una lástima, pero no disfrutamos de la cena solo por este detalle y la comida y las maneras son buenas. Deberían plantearse un cambio de local.

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