Por cercanía suelo visitar este restaurante, casi siempre con el menú de mediodía que, por relación calidad precio, me parece una de las mejores ofertas de la zona, además de tener un servicio bastante rápido, algo que valoro cuando tengo que trabajar por la tarde y no tengo tiempo que perder.
El local sigue teniendo un encanto especial, la antigua residencia de verano de los Marqueses del Turia en Godella, con una terraza que en verano bien merece la pena visitar, sobre todo por la noche. Una gran cava de vinos acristalada separa la planta baja del local en dos grandes comedores con una buena distribución de mesas.
Cocina de mercado sin complicaciones pero bien ejecutada. Tienen un parte de la carta muy centrada en pasta y pizzas, aunque no hay que concebir este restaurante como de cocina italiana. Hace tiempo que no pido a la carta ninguno de estos platos, pero sí los he probado en los menús y suelen estar realmente buenos.
En nuestra última visita pedimos a la carta y salimos encantados. Como sabemos que las raciones de los arroces son contundentes pedimos una ensalada con huevas y aguacate bastante buena y de ración generosa, además de unas bravas, capricho de uno de nuestros acompañantes. Como plato principal pedí un arroz de bogavante excelente, como hacía tiempo que no lo comía: buen y contundente sabor, buen punto del arroz, ración más que abundante y buena ración de bogavante. Pude probar además un poco de un arroz con presa de cerdo que estaba también muy bueno, compartiendo el punto óptimo del arroz.
De postre una tatín de manzana con helado de vainilla, un postre clásico del que sólo cambiaría el helado de vainilla, que podría ser de mejor calidad.
La carta de vinos es extensa, bien escogida y con precios interesantes. Destaca la presencia de vinos valencianos y hay una buena oferta de vinos blancos y espumosos, de nuevo los vinos que más casan con este tipo de cocina, pese a que el cliente siempre tenga la razón y acabe pidiendo tinto, como vi en casi todas las mesas... ¿Qué le vamos a hacer? Copas adecuadas y buen servicio del vino, además siempre atentos y cordiales.
Desde mi punto de vista Ida y Vuelta ha sabido ir adecuándose a los tiempos, adaptando su cocina a las distintas situaciones y ahora supone un restaurante donde prima la relación calidad precio frente a las florituras, acomodándose a todos los bolsillos. Personalmente, es el restaurante con mejor menú de mediodía de Godella, por lo que volveré seguro a comer y, después de los arroces del última día, puede ser una buena opción para un fin de semana.
No pongo precio porque en esta ocasión no pagué yo.