De menos a mas: buen tapeo

Local pequeño con decoración modernista en tonos oscuros. Mesas pequeñas para dos o tres comensales destinadas al tapeo.
Al entrar se nota el olor a cocina, el local debería mejorar la extracción de aires de la cocina. Aunque pasado un tiempo te acostumbras, al principio lo notamos bastante. Puede que fuera solo ese día. Si no es así, deben controlarlo, puede echar para atrás a la gente.
Así las cosas, la comida fue de menos a mas. Cuidada presentación de platos, pedimos buñuelos de bacalao con tinta de calamar (lo que menos me dijo, para los que le guste mucho el bacalao porque solo llevan eso con la tempura negra), una tapas de pulpo con espuma de patata (muy rico, pulpo en su punto y con interesante contraste de la espuma), alguna tapa mas que no recuerdo pero se que me gustó, y de plato fuerte canelones mis acompañantes (muy buenos) y pepitos de ternera yo (dos para mi, que tengo bastante saque. Carne muy jugosa y en su punto).
Postres: espuma de coco con frutos rojos, mas que aceptable, y un mousse de chocolate con intenso sabor a chocolate negro, como debe ser.

El servicio, atento y rápido, y con relación al vino fallaron pues pedimos viña sastre crianza indicado en carta de vinos (escueta, para tapear, tienen cinco o seis vinos de cada DO mas conocida y poco mas) y nos pusieron un roble (cosecha) que la verdad es que no me di cuenta hasta que me lo serví en copa, vino que no está mal, pero no es el que pedí y es de inferior calidad al marcado en carta.

En resumen, lo mejor: el producto utilizado. Se trata de materia prima de buena calidad, bien presentada en plato y con el acompañamiento justo para realzar su sabor. Se puede así tapear y comer bien por unos de 30 euros por cabeza, con una forma de presentación de tapas distinta a los bares tipicos. Un local notable.