Poco que añadir a los comentarios de los otros veremeros, tal vez disfrute màs de la coca vertical que de la sopa de setas. Contrariamente a Obiwan yo disfrute muy mucho con el coulant de galleta maria y oreo, original y rico. Ganas de agradar y de hacer cosas diferentes.
Local confortable, espacioso, buen trato sin ser agobiado, el servicio fue bueno aunque hubo pequeños detalles de falta de nivel de profesionalidad comparándolo con el nivel conjunto del restaurante como la temperatura del vino y ciertas esperas durante el servicio, la visita la hicimos en abril y no voy a entrar en detalles porque no me acuerdo de todo, però si recuerdo unas buenas anxoas marinadas y un arroz de Pals increible, punto de coccion perfecto y muy sabroso, volveré aunque la rcp fue justita.De todas maneras merece una visita.
Restaurante con solera dentro de la restauración de Girona, que le faltaba lo que estan consiguiendo Jordi, Sonia y Cristian, buscar unos buenos productos, con su manteleria y copas a juego y mantener la calidad y ese "savoir fair" que hay que tener detras de unos fogones y en una sala.
Local en el centro, detras de la rambla, con un entorno envidiable para pasear antes y después de la comida, muy acogedor, que sumado a la amabilidad que nos prestaron tanto Jordi como Sonia, hacen que la comodidad, sea aún mas generosa. En cuanto al menú con maridaje, me adhiero a los comentarios de mi compañero "Obiwan Ferran", pero yo disfruté con todos, y mucho !!!
El vino, también bueno, y los postres excelentes (y lo dice alguien que el chocolate no le gusta demasiado). Seguro que repito.
Comida de la primera quedada Veremeros de Girona y alrededores
Después de varios cambios Cal Ros parece haber encontrado en su nueva dirección el camino para retomar el buen nombre que tubo en el pasado.
Sonia, Jordi y Cristian han sabido “actualizar” los platos tradicionales de la comarca, con toques de cocina de autor, sin perder por ello los sabores tradicionales.
Amplia carta de la que en esta ocasión probamos los platos comentados por “Obiwan Ferran” con el que estoy totalmente de acuerdo en todo lo que comenta, sobre todo con el mejor plato, “arroz de pato con salsafins”, quizás la “coca vertical de langostinos y foie” sea un poco arriesgada para según que paladares, pero que vale la pena pedirla aunque solo sea para ver como es una “coca vertical”.
El resto de platos incluidos los postres me gustaron.
El entorno y sobre todo la compañía merecedores de un 10.
Fuimos este sábado a comer unos cuantos miembros de verema. Nos prepararon un menú con maridaje por 50 €. Para empezar nos sacaron una crema de brócoli blanco con ostra gratinada. A continuación como entrantes coca vertical de langostinos y foie, sopa torrada de setas con langostinos y "trinxat" de patata y col con vieira y una especie de calsa romesco. Commo plato principal nos comimos un arroz de pato con salsafins. A mi este último plato fue el que más me gustó aunque disfruté como un enano toda la comida. De postres crema de iogurt de cabra con mandarina y coulant de galleta maría. Estaban buenos pero fue lo que menos me entusiasmó de la comida. Los vinos por orden de aparición fueron, Malvasia seca Sasserra DO Penedés, Clos Pinell DO Terra alta (estos 2 eran blancos y si no me equivoco debían tener algo de crianza, aunque yo de vinos tampoco es que entienda demasiado), Raïms de la immortalitat DO Penedés y de postres Torre del Veguer vendimia tardía (delicioso) y cava Bayanus. Después café y un riquísimo Gin Tonic (y yo que pensaba que todos los GT eran iguales ;-) a los cuales muy amablemente nos invitó la casa, todo un detalle. A la hora de las copas nos acompañó Jordi con el cual tuvimos una agradable conversación. En definitiva, un buen restaurante llevado con gente joven con ganas de agradar y de mejorar.
Gracias a que eran ferias de Girona, pudimos ir a comer un Lunes a este Restaurante ubicado en pleno centro histórico de Girona. En medio de calles húmedas y "viejas" pero con encanto se encuentra este local regentado por Sonia Labrador(Sala) y Jordi Ribas (Cocina y sala) con la excelente ayuda de Christian Castillo (Cocina), donde nos ofrecen una "cocina de siempre con toques de ahora". Cocina Catalana modernizada, o como queráis nombrarlo. El echo es que disfrutamos mucho de esta visita.
Aún teniendo la opción de pedir el menú diario (muy tentador) a 20 euros decidimos pedir a la carta.
"Coca vertical amb foie i gambes" (me sorprendió, disfruté)y "Amanida de temporada" (muy completa) "Arròs cremós de gambes i butifarra negre"(muy gustoso, cremoso y con el arróz en su justo punto de cocción) y "salsitxes amb llongos" (platillo, mar y montaña, delicioso). De postres, "Recuit de drap amb coca de virde" (Dos clásicos de la provincia de Girona juntos) y "Pijama Cal Ros 2007+1" (Una especie de modernización de un clásico Catalán).
Nuestro hijo de año y medio, se zampó dos croquetas de "carn d'olla" ( cada croqueta medía 10 cm) realmente buenísimas.
El servicio fue muy cercano y personal, como a mi me gusta.
Disponen de una carta de vinos de unas 80 referencias, muy completa con un porcentaje elevado de vinos Catalanes pero dando su importancia a otras DO Nacionales y algunos clásicos.
Lo importante es que salimos muy contentos y seguro que nos volverán a ver, porqué en este tipo de Restaurante es donde no me duele dejarme mas de 100 euros en plena crisis económica. Volveremos.