Pues después de mi buena experiencia en este restaurante, y ante una visita de amigos, para allá que vamos.

Como siempre, lleno hasta los topes. En el pueblo hay tres restaurantes más que no pasan de la media docena de mesas llenas.

Como la otra vez, servicio diligente, todo eficacia. Pedimos de entradas:

Caracoles, croquetas de rape y gambas, calamares a la andaluza y pastel de tortillas.

Al llegar los platos, nos quedamos los 4 a cuadros. Nos han traido medias raciones? Nos han visto con cara de no tener hambre? Que ha pasado aquí?

Caracoles poquísimos (lo siento, no los conté), croquetas de rape... había 5 unidades, pero de tamaño de media croqueta, es decir, equivalia a 2 croquetas y media... los calamares, cuatro anillas mal contadas y el pastel de tortilla, en fin, casi inexistente.

Eso sí, en los platos había dos rodajas de tomate y lechuga (para rellenarlo y que parezca que hay más). Lo siento, no lo entiendo, una cosa es no poner raciones generosas y lo otro es poner raciones ridículas. Eso no pasó la otra vez.

Tengo que decir que todos los primeros era muy buenos, que conste, pero escasos.

Los segundos, dijimos, venga, quedarnos con hambre no va a pasar... dos magrets... pequeños. Buenos, pero muy pequeños. Una careta de tamaño normal (el único plato pasable) y una ración de pato ínfima.

Debido a las cantidades, atacamos con los postres, donde allí sí, las cantidades fueron correctas, aunque ya puestos mencionar que no son baratos, rallan los 6/7 euros con lo cuál, ya pueden estar bien. Algún detalle feo e incomprensible comparando con la otra vez es que pidas un biscuit con chocolate y el biscuit venga tumbado, es decir, que se les ha caído. Ni una disculpa, en el fondo está igual de feo, pero en fin, que no queda bien.

Tomamos una botella de Roig Parals joven, a 8'5 Euros. El agua es Solan de Cabras.

Sin cafés, y bebiendo una sola botella de vino (relativamente económico entre 4) la cuenta subió a 33 euros por persona.

Caro no por la calidad, si no por la cantidad. No sé si fue un mal dia o han cambiado de política, pero por este precio no repetiré durante un tiempo.

Con cafés y con otra botella de vino nos hubieramos ido sobre los 40 euros y no, no, no...

Eso sí, cuando ves que tienen lleno piensas... se duermen en los laureles? Que ha pasado en menos de 9 meses? La crisis nos llega a todos?

Muchas veces especialmente en la zona de la Costa Brava nos preguntamos porque algunos restaurantes siempre están llenos, sea el dia que sea.

El Mas Pou en Palau Sator, es un clásico de la zona, donde sin reserva es dificil comer/cenar.

Mi última visita era de hace varios años, y fuimos para allá.

Y sí, entendí porqué hay tanta gente. Funciona como un reloj. Todo lo que debería ser obvio y evidente es un restaurante allí lo es.

Pides agua, y en 10 segundos está en la mesa. Pides pan y en un momento está. Sois un grupo, y los platos llegan todos al momento, sin esperas. Ritmo perfecto, cadencia perfecta. Todo sonrisas, amabilidad. Comida buena, sin fallos. Y eso con el restaurante a tope, que cabe mucha gente. Profesionalidad, al final ves que llenan por algo, n opor casualidad.

Paso a relatar la comida, un grupo de 12 personas:

Entrantes variados al centro (muy abundante): pastel de tres tortillas, esqueixada de bacalao, caracoles, buñuelos de bacalao, foie gras, jamón de pato, huevos de codorniz, tostadas con escalivada, croquetas, sepiones a la plancha... pan con tomate... seguramente me dejo algo. Todo muy bien y en gran cantidad.

Segundo que escojió cada uno: algunos pies de cerdo con caracoles, pato asado, careta de ternera con salsa (sin hueso, excelente, fue lo que comí yo), cordero, todo muy correcto, en su punto, sin fallos.

Postres típicos (recuit, biscuit, cremas catalanas, sorbetes)... correctos.

Bebimos un sauvignon que no recuerdo el nombre, un Pazo San Mauro, una botella de cava Segura Viudas, y muchas botellas de Agua (Solan de Cabras). Cafés, e invitación de chupitos (rechazada).

Total, 35 euros por persona. Y me voy con la sensación de que he comido bien, que me han atendido excelentemente, que volveré sin dudarlo, que ahora entiendo porque hay tanta gente, que es un lugar para ir en grupo (hay muchos reservados), lo que decímos siempre que la gente no es tonta... pero que en un restaurante no es solo la comida (la comida esa se puede tomar en muchos restaurantes, pero el conjunto ya no es tan fácil).

Decir que la terraza es muy agradable, y que la masia interior también es muy bonita. Y que está en el Empordà. He tardado años en volver pero regresaré más a menudo.

Masia restaurada con un gracioso patio interior.
Cocina tipica gironina. Raciones muy completas.
Montaje de mesas, cuberteria, vajilla y coperio, sencillo. Servicio diligente y educado.
Carta de vinos mas que suficiente.
Tomamos un cava Bertha a 15.50 €

Tomamos una esqueixada en la que quizas le faltaba tomate y le sobraba pimiento, para mi gusto. Y una escudella con pasta y pilota, la he comido mucho mejores.

De plato principal, un pollo con sepia y gambas y unos pies de cerdo con caracoles.
Ambos muy bien elaborados y con el punto de sal adecuado.

No llegamos a los postres.

Ubicado en una antigua masia muy bien conservada.Mesa bien montada con cuberteria y copas aceptables.Estuvimos en un salon reservado.De entrante Huevos De Codorniz,algo tipico de la casa.De primero Ensalada De Bacalao Con Judias Del Ganxet,le faltaba algo de chispa.De segundo un buen Entrecot De Vedella De GIRONA,al punto deseado.De postre Biscuit Glace,bueno.Cafe,vinos,licores.Unos 35 euros,supongo,pues no pagué por ser cena de empresa.Ah!EL PAN CON TOMATE BUENSSIMO.