Restaurante bien definido por Jacomur, tanto en ubicación, vajilla y carta de vinos, pero me permito puntualizar que las mesas están vestidas con doble mantel de tela y servilletas de tela, detalle que no siempre se cumple en muchos de los restaurantes de este tipo de cocina.

Hemos cenado dos personas, en una mesa amplia, comenzando con un aperitivo detalle de la casa que consistió en unos mejillones escabechados.

Primero para compartir una fondue, con buena calidad del queso, ración abundante y tostadas de pan, con un buen punto de tostado.

De plato optamos por tortellini, buena ración, buen punto y muy suaves; y tallarines negros con calamar a la plancha acompañados con una salsa tipo ali oli, este plato fue el mejor de los tres escogidos.

No llegamos a los postres, a pesar de ser todos caseros, variados e imaginativa su carta.

Vino un Heras Cordón crianza 2006 (14 euros), servido en unas buenas copas.

Dos cafés y agua completaron la cena.

Tres los cafés nos obsequiaron con unos higos.

He visitado este restaurante a principios del verano pasado, nada más iniciar su andadura (no colgué comentario) y he observado un asentamiento y un buen quehacer.

Restaurante ubicado en la zona de la playa al pié de la carretera que va al faro y junto al camping. Local de reciente apertura, un año lleva funcionando y donde por lo que vimos tratan de ser atentos y hacer bién las cosas. Local decorado con fotos de artistas norteamericanos, es moderno, cómodo y amplio espacio entre las mesas. Vajilla moderna, mantelería de algodón, bién la cristaleria y cuberteria. Eramos 3 personas y tomamos: de 1º. Fondue de queso fontina (11,25) muy rica y abundante.Espaguetis carbonara (7,95) en su punto "al dente" y abundantes. Albóndigas de merluza fresca (regalo de la casa)con una salso un poquito picante que ensalzaban el plato, estaban buenísimas. De 2º. Pizza Elliot Ness (9,50) grande y bien llena de relleno, estaba muy rica, dijo mi hijo. Y unas empanadillas "Panzerotti" rellenas de setas frescas, muy sabrosas. Para beber un Ribera del Duero Tamiz de B. Reyes (9,00) un vino con ocho meses de barrica de 3º año que acompañó bién la comida, frutal y de cuerpo medio en donde sobresale la fruta, era carnoso y con un agradable posgusto y una permanencia en boca amplia 1,50 minutos. Agua Solán de Cabras (2,50). No pudimos llegar a los postres, las raciones son amplias y tomamos 3 cafés (3,75) La carta de vinos es corta y sencilla, pero con algunas referencias interesantes y buen precio, los típicos Lambruscos, Riojas, Ruedas, varios cavas, Riberas del Duero y Cigales. Nos gustó.