Creatividad, delicadeza y buen gusto

Que estancia tan placentera y agradable.Trato amable, preocupados por el bienestar del cliente, con una gran cocina, repleta de personalidad, de nuevas creaciones, con un sentido cromático y estético excepcional en las presentaciones y con una oferta gastronómica final delicada, riquísima y atractiva.Contrastes de texturas, de colores, de sabores pero todo integrado en un estilo propio, delicado y elegante. Buena carta de vinos con una relación precio calidad buena, como la carta y buen servicio del mismo. Por cierto y como en tantos otros restaurantes de Catalunya, servidos en Riedel y además aquí está lo mejor, sirviendo cada vino en la copa que le corresponde.Tener Riedel no implica una buena atención al vino por defecto, un Priorat en una tempranillo, pue en fin...hay que hacer la prueba para convencerse.En el menú , a mi me fascinaron las fresas con virutas de foie y el gazpacho con salpicón de bogavante, a mi entender dos obras maestras de la alta cocina, lo expresivo-creativo razonable y la estimulación del paladar. El resto del menú raya a un altísimo nivel( solo la textura del magret desmereció). Gratísima sorpresa, con casi todo lo que yo espero de un restaurante con una estrella y que muchas veces no encuentro