Cocina de pinzas y trampantojos de muy alto nivel

En su nueva ubicación en la misma población de Corçà, en la misma carretera pero en el núcleo urbano. Se accede por el patio delantero desde donde una enorme cristalera permite observar la cocina y el movimiento de sus cocineros, una mesa con capacidad para 4 o 6 comensales pegada a la cristalera preside la cocina, también está el acceso a la recepción del restaurante.
Agradable recepción y acogida por parte de Cristina que nos instala en el comedor del fondo ofreciéndonos la carta y los menús.
Piedras centenarias en las paredes combinan a la perfección con la decoración e iluminación minimalista de las dos salas, amplias salas que como mínimo doblan la capacidad del local antiguo.
Mesas con la separación adecuada y perfectamente vestidas, sillas cómodas, recomiendo no utilizar las dos mesas tipo vagón de tren, los sofás son francamente incómodos.
Buena bodega climatizada y totalmente acristalada que permite observar los excelentes caldos que allí reposan.
Al ser un dia entre semana con poca ocupación de mesas Cristina estuvo asistida por una sommelier y un camarero en prácticas de la Escola d'Hosteleria de l'Alt Empordà que superaron con nota su cometido.
De los tres menús de los que disponen optamos por el menú degustación, no hubo ningún problema en cambiar uno de los platos a mi mujer puesto que uno de ellos no era de su agrado.
Iniciamos el menú con su ya clásico vermut con aceituna, y seguimos con su también clásica caja de aperitivos, en esta ocasión
- Boletus edulis
- Kikos foie y Pedro Ximenez.
- Bacalao
- Manzana Granny Smith salmón ahumado y eneldo.
- Nuez y rustido de pato.
- Pollo a la catalana.
Seguimos con su afamado xuxo relleno de trufa y trufa laminada.
Gran trabajo de elaboración de este surtido de aperitivos.
Empezamos ya con los entrantes
- Mejillones, escabeche y coctel Negroni.
- Cigala adobados y mantequilla de trufa en con forma de hojas de apio
- Trampantojo de brandada de bacalao con forma de espárrago, corteza crujiente de piel de bacalao , espárragos blancos y pimiento rojo.
- Guisantes y butifarra negra.
- Pescadilla, sepia, salsa de pescadilla rustida y tinta de sepia.
- Cordero humus y ajo negro, aquí otro trampantojo el humus en forma de ajo, como a mi mujer no le gusta el cordero, no tuvo ningún problema en cambiarlo por meloso de ternera.
Prepostre
- Frambuesa, remolacha y helado de rosas.
Y dos postres
- Yogourt, infusión de maría luisa, miel y limón
- Juego de dados de chocolate y café.
Dos cafés acompañados de petitfours con tres tipos distintos de esferas de chocolate relleno
Muy buena presentación de todos los platos en originales recipientes cerámicos.
Agua desmineralizada y una botella de 30.70 de la D.O. Empordà 30% moscatel de Alejandría y 70% garnacha blanca del celler Hugas de Batlle . Buen servicio con atención al relleno de las copas de agua y vino.
Al finalizar la comida Cristina nos acompañó a la cocina donde Albert nos dió explicaciones técnicas sobre la misma y pudimos departir sobre sus platos.
Un regalo para el paladar y para los ojos
Gran salto cualitativo en este nuevo local, mi recomendación es estar atentos a la evolución de este joven y ya "estrellado" cocinero

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Joan Thomas

    Me has dado ganas de volver y en cuanto pueda lo haré. Enhorabuena por el disfrute
    Saludos

  2. #2

    Socdesitges

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    No dudes en repetir, no te arrepentirás

    Saludos

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