Yo improvisé una cena con amigos a base de medias racciones.
Es cierto que las cantidades de las "medias racciones" sorpreden por lo pequeñas que pueden ser, así que... aviso a navegantes. Pero no es por cantidades que se ha de ir a este restaurante. Se va por la propia degustación. Hay años de experiencia en la cocina, y se ve, no ya sólo literalmente, porque se ve la cocina, sino que se ve la experiencia acumulada.
Déjense aconsejar a la hora de elegir las tapas.
Cierto es que el espacio físico no ayuda mucho a hacer honor a la cocina que se degusta. Como tampoco está del todo fino el personal.
Carta de vinos algo desorientada, pero en general buenas elecciones.
Volveré para ver la evolución.
Volvi al día siguiente de ayer, o sea, hoy.
Esta vez, iba con más apetito, más dispuesto a probar más cosas. Iba, como ayer, solo. Comí:
Croquetas de la iaia, buenas
Rosinyols, huevo a baja temperatura y trufa, muy, muy buenos
Canelón de morro y tripa de bacalao, bueno (quizá algo aceitoso)
De beber, una botella de Predicador 2007, bueno, bebí la mitad, más o menos
De postre: trufas con trufa (nada, una pizca de trufa encima de las trufas), buen contraste, buenas. Aproveché para tomarme una copa de PX (frío en exceso) y el café nespresso (malo) todo al mismo tiempo.
Comí mejor que ayer.
Servicio agradable (igual era por el segundo día consecutivo)
El precio incluye el vino (25 + IVA)
Local pequeño con barra al inicio, comedor para fumadores en el centro y para no fumadores al final (?). El no fumador debe pasar por la zona de fumadores (a mi me la trae al pairo, pero...)
A lo que fuí:
Fuí con poco apetito pero con ganas de probarlo. Así que probé la coca de sardina ahumada con manzana y foie caramelizado (muy buena); un tartar de atún con fresas (bueno) y de postre una torrija con helado de crema catalana (excesiva).
Raciones justitas, ya advierten que son medias raciones.
De beber: dos copas de Miros Roble (Tinta fina de Ribera del Duero), el único tinto a copas de la carta, psé, psé tinta china, y un agua de viladrau.
Café malo (nespreso)
Servicio: bien, correcto.
Volveré, a lo mejor mañana si sigo trabajando por esta zona.
(Entorno: valoro la comodidad y la "agradabilidad" del local, con independencia de dónde se encuentra)
Mi comentario podría ser un calco del de Francesc (incluso casi en los platos que tomamos). Todo muy correcto (canelón de bacalao muy bueno y también el arroz de pies de cerdo, setas y "espardenya", aunque un pelín aceitoso). Tal como dice Francesc, lo de las medias raciones es engañoso y aparentemente pagas poco pero no es así, ya que la cantidad es bastante justita. Ejemplo: si el precio de la ensalada japonesa que tomamos (fresa, aguacate, algo de salmón...) lo multiplicamos por 2 sale a ¡¡18€ + IVA!!. Lo mismo con el arroz (21.40€ + IVA). Por lo demás, mesas muy juntas y servicio muy amable. 76€ dos personas (6 medias raciones (yo necesitaría al menos 4 para mí solo), dos postres, dos copas de vino, agua y un café). No obstante, hay que volver y ver su evolución.
Saludos.
Hace Días que quería ir a este pequeño restaurante de David Reartes, que tiene la posibilidad de pedir medias raciones de una oferta francamente apetitosa.
La carta de vinos algo corta pero suficiente. Precios ajustados.La coca de sardinas con foie y manzana. Extraordinaria. El huevo con tofona, la pasta....todo muy bueno y bien presentado. Los postres bien. Realmente es para ver como sigue su evolución.
Me parece un muy buen restaurante de los que se puede ir todos los días, la imitación del famoso cremat de Martin está muy buena, así como el canelón de morros,las croquetas de jamón.Lo único que no me gustó fue la carat de vinos, es un clon de Vila Viniteca, sin personalidad, ellos te dicen los vinos que has de poner, las referencias que les interesa, encima vas a otros restaurantes y te encuantras con los clásicos de Vila.
Sin duda volveré
Local estrecho con mesas pequeñas y bastantes juntas. La zona de fumadores es el pasillo que hay antes de la sala del fondo. Decoración ecléctica. Iluminación algo justa. Mantelería, vajilla, cristalería,... de buena calidad. Servicio correcto. Servicio del vino mejorable. Me he llevado la media botella que ha sobrado con un tapón que no era el que correspondía en una bolsa "diferente". Carta algo corta pero intensa a base de medias raciones. Cuatro postres, aunque con aspecto sumamente apetitoso. Carta de vinos bastante amplía para lo que es el local. Un camarero para todo el local. Lo he encontrado algo disperso. Una señora ha aparecido para echarle una mano cuando ya acabábamos de comer.
Almuerzo para dos:
- Cocotte de verduras (7,80€) - Muy buen aspecto.
- Morcilla de arroz de Kobe con setas de temporada y rúcula (6,10€) - Sabrosa combinación, aunque eché en falta algo de picante en la morcilla de arroz. Las tiras de cáscara de naranja le dan un toque muy agradable y refrescante.
- Canelón de morro y tripa de bacalao (8,50€) - Realmente delicioso. El plato que más ha gustado con diferencia.
- Arroz con pies de cerdo, setas y espardenyes (10,70€) - Buena combinación. Curioso mar y montaña.
- Jarrete de ternera de wagyu con cremoso de patata (8,50€) - Muy sabroso. Rica la carne y muy bien acompañada de la crema de patata. Sencillo y efectivo platillo.
- Torrija con helado de especias (3,50€) - Muy bueno el bizcocho.
- Tatin (4,50€) - Variación de la receta tradicional, acompañada de un buen helado de vainilla y unos trocitos de nuez.
Una botella de agua de 0,5 l. (1,25€), una botella de La viña al lado de casa 2006 (22,-€), una copa diminuta de tokaj Chateau Derezsla 3 puttonyos (3,60€) del culo de la botella que no sabía a nada (sólo he tomado un sorbo) y un cortado servido en vaso de chupito (1,15€).
Curioso local, aunque me ha parecido que la contención en los precios se debe más al tamaño de las raciones que a que el precio sea realmente bajo.
Buena materia prima y, en general, bien trabajada. Comida original, pero con el punto justo para que no resulte extraña al paladar. Buenas combinaciones de sabores.
Me quedo con las ganas de probar el plato del chef con trufa blanca... pero no está la economía para ciertos lujos.
Y evoluciona bien
La comida muy bien
Yo he probado el canelon las croquetas el milhojas de foie caramelizado (el de Martin le da mil vueltas...) el rabo y la cocotte
De postre el chocolate y la tatin de la casa
Para beber un Desig del Penedes MUY RICO
Gran cocina y cocinero en un local justito con un servicio mas voluntarioso que eficaz
Quizas el problema de los bistronomicos de BCN
Hace 20 dias que abrió David Reartes este restaurante de medias raciones. 20 años en el oficio le contemplan.
Se puede comer en la barra o en un pequeño comedor. Manteleria, cuberteria y cristaleria mucho mas que correcta. Cocina a la vista. Carta de medias raciones compuesta de unas veintena de referencias.
Carta de vinos algo corta pero suficiente con precios ajustados. Tiene algún pecado de juventud que seguro que con el tiempo corregiran en cuanto al servicio.
Comimos una coca de sardinas con un poco de foie y manzana. Excelente.
Unas croquetas de la "yaya" muy buenas.
Una pequeña "cocotte" de verduras y setas en su punto.
Un atún en zuke y una morcilla con setas, quizas fue lo que menos nos gustó.
Y para finalizar un rabo de toro con aceitunas de kalamata, buenisimo.
Los postres, excelentes. Una sopita de tomillo con helado de manzana verde y una torrija con helado de especies.
Para beber, un albariño de Zarate a 15.00 €
Hay que ver como evoluciona, pero pinta muy bien.
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