El Refectorium

Como para no encontrarlo. Ahí, pegado a la catedral.

Local amplio con un montón de mesas y barra. Casi lleno una noche cualquiera de la semana (jueves en mi caso). Carta amplia de platos, raciones y tapas. Lamentablemente no hay medias raciones y las tapas no se corresponden con formato reducido de los platos o las raciones. O sí... porque escuché a unos habituales pedir medias de algunos platos y pregunté por el asunto. Muy gallegamente me dijeron que de unos sí y de otros no. Ay. ¿Qué costaría indicar esto en la carta?

Tienen vino por copas. Lo malo, que hay que esforzarse en "comprarlo". Primera ronda de respuesta: Tinto y blanco. Segunda ronda de respuestas: Albariño, Ribera y Rioja. A la tercera conseguí que mirasen qué botellas eran y me dijeran los vinos. Ale, vamos a por el albariño que hace calor.

Tapas solventes. Razonable la ensaladilla rusa, agradable el ligerito (pulga para los madrileños) de pringa y una buena y limpia fritura de los boquerones.

No me terminé de encontrar, la verdad...

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